Siempre hay alguien que está peor.


diciembre 31, 2008




Nunca fui formal y no pienso empezar el último día del año y de esta casita. Solamente quiero decirles MUCHAS GRACIAS a todos los amigos queridos que estos dos años me regaló el blog. A los que están en Argentina, en Chile, en Uruguay, los que leen de Brasil, a los de Perú, de Venezuela, de Guatemala, de Costa Rica, de México, de Aruba, de Estados Unidos, de España, de Francia, de Italia, de Alemania, de Japón, de Israel, de ¡Marruecos!, de otro lugar en Africa que no consigo descifrar y a aquellos de otras partes del mundo que llegaron de casualidad y volvieron.
El blog queda abierto, solo que yo no escribiré más.
Ustedes me cambiaron la vida. Los quiero mucho. Chau, nos estamos viendo.
Buen año para todos.

diciembre 24, 2008



¡¡Feliz Navidad!!


Pd: Como todos los años, a las 12 de la noche miraré la luna y pensaré en ustedes. Felicidades.

diciembre 04, 2008

Liquidación por cierre*

COMUNICADO:
Esta casita cerrará sus puertas el día 31 de diciembre. Si bien estos años las ventas han sido exitosas, la dueña del lugar ha decidido tomarse un año sabático con los beneficios obtenidos en este período. Ganó millonarias sumas de amigos, fabulosos encuentros personales y acopió oro en diversión. Todo eso le permite vivir de rentas y dedicarse al esparcimiento.
A partir del 1° de enero se la pasará visitándolos, molestando como siempre e intercambiando chismes vía e-mail, comentarios y/o registros personales en Facebook.
Hasta la fecha definitiva de finalización, usted puede encontrar aquí verdaderas gangas a precio de costo.
En el día de hoy entra a remate la visita que este fin de semana hizo Canoura a la ciudad de Buenos Aires, más precisamente a mi hogar.

Aclaración: la mercadería ya fue vista previamente por varios compradores, pero de ninguna manera se encuentra en mal estado o manoseada.

Yo me río para no llorar, y porque si me tomo la vida en serio mi úlcera a esta altura sería sangrante.

Las visitas de Canoura a la Argentina siempre tienen ese "nosequé" que las hacen tan especiales. Basta recordar cuando vino para la presentación del libro de Orsai, que todos conocen. Según Adrian Paenza, las probabilidades que una misma situación se repitan dos veces son muy bajas. Ya mismo le estoy enviando un e-mail para que revea sus conocimientos matemáticos.

Desde la previa algo estaba desencajado: el día anterior a que confirmara la fecha del recital, Gingero llegó contento a casa mostrando la invitación para el casamiento de la hija de su gran amigo, exactamente el 28 de noviembre. Hasta último momento tuve la esperanza que los novios se pelearan y decidieran no casarse, cosa que no ocurrió, así que mientras ella cantaba, yo escuchaba el Ave María en la Catedral de San Isidro. Sin embargo, pude comprobar que las redes informáticas funcionan a la perfección porque cuando la novia lloraba emocionada en el intercambio de anillos, yo lloraba emocionada por los sms que entraban a mi celular: "Te está dedicando un tema", "Ahora está cantando en francés". "Atendé el teléfono paparula, así la escuchás desde ahí".

Ese viernes fue un día complicado: la noche anterior hubo un importante corte de luz en mi barrio y cuando se restituyó, en lugar de recibir 220 wts, Edesur pretendió que nos conformaramos con 180 lo que impedía el funcionamiento del microondas, del aire acondicionado (40° a las 11 de la noche), de los ascensores ¡y de las bombas de agua del edificio!. Moraleja: fuimos al casamiento bañados a tachito, subidos por escalera desde la entrada directa de la calle, o lo que comunmente se llama "una refrescadita en las partes íntimas". En el siglo XXI esos problemas se solucionan en cuestión de horas. En el siglo XXI argentino en unas.... 150 horas. Con ese presente, el sábado a la mañana partimos a buscar a la cantante al hotel donde se alojaba para traerla a casa. En el camino la fuimos poniendo al tanto de las novedades, pero también le pasamos la lista de actividades programadas para la tarde y noche. Pero ya se sabe el dicho: "El hombre propone y Dios dispone".

La primer etapa consistía en recorrer zona norte de tarde. Es cierto que en el cielo había algunas nubecitas, pero eran las mismas estacionadas desde hacía varios días. No podían esperar hasta la madrugada. No. Decidieron chocar entre sí a las 5 de la tarde del sábado provocando una inundación histórica que dejaron a nuestro auto nadando por Avenida del Libertador, afortunadamente con Gingero solo. (si alguno se tiene que ahogar, mejor que se ahogue él). Para la noche teníamos reserva en un restaurante temático de magia al que fuimos una vez y nos pareció muy divertido. A las 21 la televisión seguía advirtiendo alerta meteorológica y mi marido (que ya había perdido la patente del auto bote) se negaba a pasar otra vez por la misma situación que horas anteriores. En contra de su voluntad, lo llevamos igual. La culpa seguramente fue del calor, o de la lluvia, o de no se quién, pero ese mismo día el sonidista del espectáculo decidió faltar y los magos también. En su reemplazo, improvisaron con dos principiantes a los que los trucos no les salían, o si les salían los secretos quedaban al descubierto. Más que un show de ilusionismo estabamos viendo "el mago enmascarado". (para los que no saben, es un mago que tiene un programa de tv. donde cuenta como se realizan todos los actos).

El domingo nos esperaba el Puerto de Frutos, en el Tigre. Todavía sigue esperándonos. La lluvia nunca paró y terminamos en Unicenter peleando con los paseantes por las sillas del patio de comidas. Cuando volvimos, ¡milagro!, de la canilla salía agua. La cara de Canoura se iluminó de felicidad ante la expectativa de poder darse un baño sin gusto a desinfectante para pisos. La temperatura había bajado considerablemente (algo bueno trajo la lluvia), se metió en la bañadera, abrió el grifo y... agua con temperatura de un grado menos que el punto de congelamiento salió con tanta fuerza que hizo saltar la roseta de la ducha dejándola en estado de shock, totalmente helada y con la roseta clavada en su cabeza. (Todavía me acuerdo y no puedo parar de reirme, pido disculpas).

Creo que nunca deseó tanto volver a su casa, solo que lo peor estaba por venir: como no podía ser de otro modo, el barco de Colonia Express partió en medio de una sudestada, rompiéndose en mitad de camino, regresando a Buenos Aires con todos sus ocupantes vomitando en cubierta, para volver en peor estado dos horas después.

Para la próxima (aunque dudo que quiera volver) voy a buscar una bruja que me limpie de los íncubos que me poseen. Otra explicación no encuentro. Si alguien conoce alguna, que me avise.

* Pongo de testigos a Guty, al Teta y a Erlich que esta decisión es previa al texto del Señor Casciari "La muerte de los blogs", a quien le estoy iniciando un juicio por leer la mente ajena y difundirlo.