Siempre hay alguien que está peor.


noviembre 11, 2008

Mirá quien viene

Más les vale que vayan todos. Porque además de cantar bárbaro, ser ilustre (con diploma y plaqueta) y buena mina, es mi amiga. Y por carácter transitivo, de ustedes también.





Y así, de buena que soy, les dejo un video de un tema que todavía no grabó, pero que me encanta, sobre todo porque se le ocurrió mirando un cuadro que tiene colgado en la pared de su living. Es de Adelita (la de "si Adelita se fuera con otro..."), una foto que le sacó un fotógrafo que cubría la guerra civil mexicana. Ella integraba el plantel de "acompañantes" que seguían a los soldados en tren, para "prestarles servicios". Bueno, la cosa es que Laura viendo la imágen de la mujer que, asomada desde la escalera del tren mira a la derecha con cara de susto, ideó esta canción fabulosa. Ah, y como si fuera poco, parece escrita para varias que yo conozco...

¿Ven? Eso es lo bueno de tener amigos famosos: que me entero de los "detrás de escena". Y si ustedes van a ver el espectáculo, les prometo que después les cuento más chismes sobre las letras que cante.




Allí nos vemos!

noviembre 04, 2008

Tiempos modernos

Siempre admiré a las personas que no se quedan en el tiempo. Aquellas que se esfuerzan por ponerse al día con los avances tecnológicos y, aunque nacieron en la época de la luz a gas, hoy son capaces de configurar la señal de DirecTV para que les grabe su programa favorito mientras están, por ejemplo, practicando acuagym.

Siempre las admiré hasta que mi tía se modernizó. Y desde entonces la padezco.
Eso es porque alguien tuvo la idea de regalarle una vieja computadora. Primero tenía miedo de tocar las teclas, pero poco a poco se fue animando hasta que puso Internet en su casa. Ese fue el día que decidió cambiar el punto cruz por el punto com para desgracia de todos los parientes con e-mail. Porque el segundo paso fue abrir una cuenta de correo y aprender ¡¡a enviar pps!!.

Una vez me tomé tres Lexotanil, la llamé y le expliqué que la mayoría de los mortales odiamos profundamente esa catarata de ositos cariñosos con música melosa que nos dicen desde el monitor: "Acuérdate que te quiero mucho y deseo que tengas un hermoso día". Gracias, lo tengo presente. No es necesario recibir seis por día para que se me grabe en la cabeza.
Ella, con cierta lógica, me contestó: "¿Y que querés que te mande?. Si quiero hablar con vos te llamo por teléfono. Además, tampoco podemos chatear porque nunca me diste tu dirección en el msn" (Ni Dios lo permita).

Mi tía cocina muy bien. Varias veces le pedí (para que prepare mi marido, por supuesto) recetas, y siempre se negó a darmelas, para no descubrir sus "secretos". La última vez que lo hice me contestó: "la subí a El Gurmet.com, sacala de ahí".
Llamarla por teléfono era una tortura: ya sabía que después de preguntarle como estaba, me llovería una amplia explicación sobre su hernia de disco. Hoy me cuenta de la preocupación por su disco duro. Dejamos de hablar sobre la familia para hablar de sus "ciberamigos" y la búsqueda de negocios que vendan pantymedias fue reemplazada por el uso de la multimedia. Antes me contaba de su dieta para no engordar, hoy me habla de "maximizar".
Lo que ahorra en teléfono lo gasta en camaritas web, micrófonos, parlantes, para chatear. Me aconseja sobre como escuchar mejor en el Skype, me envía cadenas para ayudar a Brian reenviando a todos los contactos, porque de ese modo Microsoft donará un centavo de dólar por cada mail recibido, o me alerta sobre virus que destruirán el disco, la pc y hasta la mesa en caso de abrir los archivos.

Antes me regalaba camisas espantosas o sombreros de paja. Hoy me manda tarjetas electrónicas.
Antes escribía cuentos y me los daba a leer. Hoy hace un taller literario por Internet.
Antes criticaba a todos los parientes. Hoy se pelea en los foros.
Antes era la hermana de mi papá, ahora es "un contacto en la libreta de direcciones".
Todavía no se le ocurrió abrir un blog, pero no falta mucho.

Muy lindo la gente que se actualiza... Señor Bill Gates, por favor, devuélvame a mi tía.

Este texto está inspirado en un pps. que me envió justamente, ella.