Siempre hay alguien que está peor.


octubre 28, 2006

Soy lo que soy

Durante mi adolescencia, una de las preguntas más frecuentes que un señorito hacía a una niña con fines de entrar en relación, era "¿De qué signo sos?". "De Libra" contestaba yo sinceramente, aunque una podía mencionar cualquier otro que daba lo mismo, la pregunta no tenía sentido, ¿quién se conocería todas las características de cada signo?. Tiempo después, Ludovica Squirru popularizó el Horóscopo Chino y una ya pasó a ser de Libra y (¡valgame Dios!) Gato, según el año de su nacimiento. Los tradicionalistas se vieron en la necesidad de ampliar los conceptos clásicos y nos llenaron de ascendencias y planetas. Ya era de Libra con ascendencia en Piscis regida por Mercurio y ¡Gato!. Los chinos también sumaron lo suyo: mi gato se cruzó con conejo y entonces fuí de Libra con ascendencia en Piscis regida por Mercurio y Gato en el Año del Conejo. Para esa altura, la concepción elemental de toda libriana (inclinada a las artes, equilibrada, amante de la belleza) si bien nunca fue muy acertado en mi caso, era un compendio incomprensible de características.
Por si esto fuera poco, surgió un auge por el esoterismo que dió paso a la publicidad de una serie de antiquísimos horóscopos de civilizaciones primitivas, y así me enteré que según el Horóscopo Egipcio soy Bastet, que era una diosa con cuerpo de mujer y cara de gato (no hay caso, me persiguen) y mi color de la suerte es el azul cielo. Pero de todos ellos el que más me gusta es el celta. Parece que los Druidas (antiguos sacerdotes celtas) asignaban un árbol a cada época del año, que dividían en veintiuna fases. Según el día del natalicio, correspondía un vegetal.
Así que ahora soy: Libra con ascendencia en Piscis regida por Mercurio, Gato en el Año del Conejo, Bastet y... ¡Avellano!. Y lo que sigue es lo que me toca en suerte:

Virtud: Extraordinaria.
El avellano es emblema de las ciencias. Sus ramas se usan en radiestesia para hallar agua. Eres una persona encantadora que no pide nada. Muestras una gran comprensión y sabes como impresionar a los demás lo que te hace bastante popular. Te atrae la lucha por causas sociales. Eres una persona honesta y compañera tolerante, con sentido de justicia, sin embargo, puedes llegar ser una persona bastante temperamental y amante caprichosa. Los nativos de este signo destacan por su inteligencia lógica e intuitiva a la vez. Bastante original, podrías tener dotes para manifestaciones, contactos espirituales, protección. Los de primavera son apasionados e inconstantes en el amor. Los otoñales son más fieles, generosos y serviciales. Son buenos amigos pero no aguantan exigencias. Hábiles en las relaciones públicas, podrían hacer una excelente carrera como diplomáticos o políticos.

Como seguramente ustedes querrán saber cual es el árbol que les corresponde y sus características, los invito a pasar por y encontrarse. Aquellos que no figuren es simplemente porque no conozco su fecha de nacimiento, así que pueden enviarmela por e-mail o dejarla en un comentario. ¡Y a florecer!

octubre 25, 2006

Amigos son los amigos

A José Joaquín lo conozco desde hace tres años. Llegué a su Anecdotario por un link de Barbarita, me sentí a gusto y me instalé. Y a él no le quedó más remedio que conocerme, claro. Hasta entonces, todo lo que yo sabía de Guatemala era que la capital llevaba el mismo nombre, que era parte de Centroamérica y que allí había nacido Arjona. Sin embargo, los guatemaltecos sabían muchas cosas sobre Argentina: hablaban de equipos de fútbol, de política y hasta de nuestros artistas casi como nosotros.
José es una persona muy culta, ceremoniosa y de escribir correcto. Quien sólo haya leído sus comentarios pensará que en su formalismo, es un señor muy serio con el que necesariamente debe debatir temas importantes. Y sí, así son nuestras largas charlas: nos dedicamos a descubrir complots internacionales entre meteorólogos y economistas, inventamos léxicos que despisten a los agentes de la CIA que leen lo que conversamos, creamos nuevas formas de gobierno y les asignamos ministerios a los amigos: Barbarita como Ministra de Educación, Bater como Secretaria de Prensa, Canoura Ministra de Cultura, Sonia de Relaciones Exteriores, porro libre y otras cosas similares.
Además de buen amigo, José Joaquín es escritor y músico por vocación. Un día decidió que esto de los blogs estaba muy bien, pero a la gente hay que verle la cara, así que armó su bolso, cargó su Siku, convenció a un cuate amigo y se fué a Barcelona para conocer a estos con los que había mantenido contacto a traves de un monitor durante tanto tiempo. Y como registro de esa reunión cumbre, me mostró el video que sigue a continuación, donde ustedes, estimados lectores, no solamente disfrutarán de la interpretación musical de José, sinó que también podrán hacerse de varias perlitas: en la punta de la mesa se encuentra Barbarita. Ella es mi amiga desde hace mucho y jamás la ví sin esa sonrisa contagiosa. A su izquierda está el aludido, sigue el Xavi (que sobre el final muestra su arte), el Yulia (a esta altura más famoso que el propio Casciari). A la derecha nos encontramos con un amigo de Erlich que vió luz y entró, y el de la guitarra es el Edgar. Pero ya se sabe: en todo film donde haya niños, estos se roban la película. Que lo disfruten.

(me olvidaba: al gordo que aparece ce a último momento lo conocen todos)



octubre 23, 2006

Los Modernos

Me gusta descubrirlos en el supermercado. Busco las cajas con mayor cantidad de personas y los observo con tranquilidad, mirando cada detalle que los identifica. Los modernos siempre están vestidos con ropa deportiva, zapatillas blancas relucientes y cuidado aspecto informal. Cuando descargan su compra sobre la cinta ya no quedan dudas, comida macrobiótica: brotes de soja, yogurt descremado, agua mineral. Porque un moderno debe seguir la tendencia alimenticia, se horrizan ante una milanesa con papas fritas y son defensores fanáticos del sushi, aunque el pescado crudo les provoque náuseas. Pocas veces aparecen solos. Suelen moverse en pareja, como si necesitaran demostrarle al otro su modernidad. Los modernos no se casan: conviven. Dicen que el amor no se garantiza con un papel pero se agarran de los pelos a la hora de repartir la heladera. Se eligen sabiendo que no será para siempre, los modernos creen que un matrimonio largo es sinónimo de aburrimiento, y nada más alejado de la modernidad que el tedio. Cultores de la terapia, las prueban todas. Psicoanalizarse es condición esencial en su vida, no importa el resultado. Aprenden palabras nuevas, hablan de minimalismo y elaboran discursos políticamente correctos. Los modernos viven en casas con paredes blancas sin adornos y en ellas no se encontrarán vestigios de su pasado, demostraciones infames de su época no moderna. Se relacionan con otros iguales e infaltablemente entre sus amigos habrá varios gays como clara evidencia de su apertura mental. Hablan libremente de sexo y casi únicamente de sexo, exponiendo sus intimidades como manifestación de superación. Los modernos detestan el cholulismo, pero van a sitios de moda que promocionan en televisión. Tienen hijos con cada pareja, a los que condenan al modernismo de abandonar cuando nace el próximo. Pretenden acercarse a lo popular siempre que se marque la diferencia: ellos no son populares, simplemente los toleran. Se dicen seguidores de religiones derivadas del budismo o de cultos orientales que desconocen. Compran libros de Osho, de Kirsnamurti y los recomiendan.
Para ser moderno, es indispensable reunir todos estos requisitos. Y los cumplen, los atesoran y los muestran. Porque si faltase uno, ya no serían verdaderos modernos. Y para ellos no hay nada peor que ser confundidos con alguien común.

octubre 19, 2006

Fuera Bicho

Primero fueron las calandrias. Ellas insisten con anidar en el ceibo que dá a mi terraza y yo insisto en colgar la ropa sin que me piquen. Desde hace años nuestra relación es a escobazos limpios. Después fueron las palomas. Compiten en pararse sobre la parrilla y ensuciar de blanco el primoroso techito de tejas. Pero que ahora me invadan los halcones es demasiado.
Ver a uno de esos bichos tomar sol tranquilamente en mi cantero logra desatar todas las fobias ocultas que atormentan mi alma. Porque yo me banco las lauchas, las que reptan y hasta las cucarachas, pero me aterroriza cualquier especímen con plumas.
Me llamó la atención el graznido. Yo estaba tratando de poner órden al desórden que deja mi hijo, cuando lo escuché. Miré por la ventana y allí estaba, desplegando las alas como si se desperezara. Calculé que no podría pasar por las rejas y le tiré lo primero que encontré: una piedra de la colección de Gonzalo, que fue a dar exactamente contra el vidrio del lavadero. Después probé con una pelotita de tenis. El disparo pasó más cerca, pero el infame me miró, giró la cabeza y siguió durmiendo. Empecé a sacar cuentas sobre lo que nos diferenciaba: él es pájaro y yo ser humano, él vuela y yo apenas camino, él tiene pico y yo no, él tiene garras y yo me como las uñas. Con estas probabilidades, opté por llamar a mi marido que estaba de viaje. Cuando el hombre viaja, tenemos por norma comunicarnos solamente de noche, a menos que ocurra alguna emergencia. Bueno, esta era una. Atendió asustado (estaba en Rosario y eran las 10 de la mañana).
- ¿Qué pasó? ¿los chicos están bien?
- Sí, sí, pero tenés que venir rápido a casa. ¡¡Hay un cóndor en la terraza!!
- ........
¿vos estuviste tomando?
- ¡Pero no!, te digo que el bicho vino volando de no sé donde y no me atrevo a salir de casa. ¿Qué hago, llamo a los bomberos, a la policía, le tiro Raid?
- Dejá, llamo yo. Al Moyano.
- ¡¡Ves como sos!!. El animal me mira y seguro me quiere sacar los ojos, porque ellos se comen todo lo que brilla.
- Esos son los ñandúes
- ¿Y vos que sabés si este no es cruza con ñandú? Tiene el mismo color...
- Gorda, estoy en una reunión, dejame de joder con pavadas - piiii-piiii-piiii-

Abandonada por quien se supone me debe proteger, me proveí de un plumero, entorné la puerta y salí lentamente al patio. Primero le gritaba, pero parece que el coso este era sordo. Después lo amenazaba mostrando mi arma improvisada para salir corriendo a meterme dentro de la casa. Al final me atreví y le tiré un palo. Nada dió resultado. Estuve encerrada diez horas hasta que el bicho terminó de dormir, se comió algunos gusanitos de las plantas y levantó vuelo por decisión propia. Es posible que mañana aparezca una orca en mi bañadera. Ya nada me sorprende.


octubre 17, 2006

Y 25 años después...

Sábado 14 - El Gran Día.
Se supone que una hace el mayor esfuerzo posible por estar bárbara para reencontrarse con los compañeros que no vé desde hace 25 años, cosa que le digan: ¡no te pasó el tiempo!. En mi caso fue sólo una suposición porque venía de cuatro días previos de mudanza (me tocó solita cambiar a mis padres de casa), así que dejo a vuestra imaginación el estado en el que me encontraba. Por si esto fuera poco, el día amaneció con un viento de 80 kms. por hora, tormentoso y frío y yo, como no podía ser de otro modo, había llevado ropa de verano. Gasté inutilmente dinero en peluquería, tratando de mejorar el nido de caranchos que tengo sobre la cabeza, me puse una capa de revoque en la cara, me vestí y partí al colegio con dos de mis mejores amigas. En la puerta había seis chicas muy jovencitas con infartantes minifaldas blancas que nos hacían pasar debajo de unos bastones, rápido porque eran pesados y corríamos el riesgo de llegar a la cena con quebradura de cráneo. Ya en la recepción estaban nuestros antiguos profesores (los que quedan aún, claro) a los que teníamos que aclarar quienes éramos porque se sabe, en veinticinco años nos pasó una aplanadora por encima a más de uno. Sin embargo recordaban lo pésimos alumnos que fuimos y cuantas veces rendimos sus materias. En el patio había un grupo de compañeros esperando, y los gritos que pegamos al abrazarnos superaban ampliamente los decibeles permitidos, pero como los maestros padecen sordera por la edad, no nos pidieron juicio ni compostura. Después vino el acto propiamente dicho: Primero la bienvenida dada por la rectora, que recibía nuestros silbidos y cargadas porque es ni más ni menos, que una de nuestras compañeras de curso. Leímos el discurso de la promoción (no, ese que escribí abajo fue después, cuando ya estabamos con varios vinos encima, cosa que nadie se enoje), nos dieron como souvenir una foto del colegio en un portarretratos y la banda de música del pueblo interpretó un tango en nuestro honor (mis compañeros pedían algo de Pink Floyd, poniendo en un compromiso al director de orquesta, que se hizo el disimulado y no nos llevó el apunte). Después fuimos a las aulas, nos sentamos en nuestros bancos, nos tiramos tizas, y partimos al salón donde nos esperaba la cena. Hablamos hasta quedar afónicos, recordamos algúnas anécdotas como la hermosa carroza que preparamos para la estudiantina del año 80 (observen como se desarrollaba ya nuestro potencial creativo)



y después, como buenos santafesinos, nos bailamos todos los temas de Los Palmeras empezando por "Bombón Asesino". Como hecho anecdótico y comprobativo que los varones son unos pollerudos, las chicas fuimos todas solas, ellos con sus respectivas esposas, que permanecieron sentadas viendo como sus maridos saltaban y abrazaban a otras. El momento emotivo se dió cuando cortaron la música y pasaron el audio de la recepción de nuestro egreso, el original, aquel de 1981, donde nos nombraban a uno por uno. Y sin pensarlo fuimos levantandonos y repitiendo aquella entrada donde sentíamos que había llegado la hora de conquistar al mundo, abandonando la escuela para empezar ahora sí, nuestra nueva vida de adultos.
Seguimos la fiesta hasta que faltaba poco para amanecer, brindando, hablando y jurando reunirnos otra vez el próximo año, porque si algo tuvo de mágico esa noche, fue que por ese rato se borraron los veinticinco años pasados. Matrimonios, hijos, profesiones, divorcios, quedaron olvidados por unas horas, y volvimos a ser el Quinto Año de la Escuela Nacional de Comercio. Aquellos que más que compañeros fueron y seguirán siendo siempre amigos.

Apdate: Anaik y Pal quieren saber donde iba yo en la estudiantina. Bien señoras, acá:






Los autos no tenían motor (los secuestramos de una chacarita, y los pintamos primorosamente), así que eran remolcados por un tractor que nos prestó alguien (no, yo no manejaba el tractor). En la foto no aparezco, porque seguramente estaría paveando por ahí.

octubre 06, 2006

Volveré y no seré millones



Se comunica a los estimados lectores, que este blog permanecerá sin actividad por parte de su ¿dueña? ¿escritora? ¿creadora?, desde el día de la fecha hasta el próximo 17 de Octubre del corriente año.
Los motivos del mismo se deben a que la ¿dueña? ¿escritora? ¿creadora?, deberá viajar a su ciudad natal parar visitar a sus señores padres.
Mientras tanto, queda permitido extrañarme, prender velas pidiendo mi retorno, enviarme postres y/o sandwiches de miga (menos con atún y ananás que no me gustan).

¡Hasta pronto!

octubre 04, 2006

Promoción ´81

El próximo sábado 14 estaré de fiesta. No es un casamiento, un cumpleaños ni un bautismo. Es el día que eligió mi colegio para recordar que este año se cumplen 25 desde que terminé la secundaria. La invitación llegó en un sobre amarillo con el Escudo Nacional y en el interior, una nota que decía: "Te invitamos a revivir todos los gratos momentos pasados en nuestra escuela. Por eso te convocamos a reunirte con tus compañeros y amigos, ya que cumplen sus BODAS DE PLATA de egreso". Y abajo estaba la lista con nuestros nombres.
Cualquier otra promoción seguramente se emocionaría al leer el apellido de quienes no han visto en mucho tiempo, y no faltará el que se diga "Mirá: ¡Rodrigo Perez! ¿seguirá gordo como siempre?". Debo confesar que a nosotros no nos ocurre, porque a pesar de la distancia, nos seguimos viendo una vez al año. Sin embargo, este es un encuentro especial: viene acompañado con acto solemne. Y por tal razón se nos encargó la confección de un discurso alegórico. A fin de hacer mi aporte, comencé a robar ideas ajenas. Leí viejos textos, busqué alegorías y terminé pidiendo ayuda a mi amigo Teta y a mi amiga Sonia, quienes generosamente contribuyeron a la redacción del mismo.
Lo que sigue, es el texto que leeré esa noche:

Parece mentira. Ya han pasado 25 años (a Mónica sí se le notan).
Estas aulas nos han visto jovenes, vigorosos... y mirennos ahora: arrugados, panzones, hechos pelota.
Esos pupitres que en aquel momento nos parecían antiquísimos, hoy hacen juego con nuestros bastones.
Esos baños, testigos silenciosos de los cigarrillos que fumabamos a escondidas tienen ya sensores de humo que se la pasan chillando.
Todos recordaran, excepto Silvia, Andrés y Sergio que padecen Alzheimer, las tardes de reunión donde nos proponíamos ser mejores alumnos, buscando la forma de copiar en las pruebas de geografía. ¿A vos Jackie te dura el machete o son várices?.
¡Y cuán útil fue para nuestras vidas aprender taquigrafía!.
No olvidemos a quienes ya no están. Recordemos con especial afecto a los que nos abandonaron para ir a Europa y vivir como reyes manejando BMW y veraneando en Marbella y que ojalá los parta un rayo.
Querido colegio: hoy vinimos hasta aquí a decirte que no es casual que seamos los que hoy somos. Es TU culpa, y esperamos que respondas por ello.
Por eso, quiero pedir para tí un fuerte aplauso de pie (los que todavía puedan pararse, claro).

Seguro que terminan todos emocionados con este discurso.

octubre 03, 2006

Del 63

La mayoría de las personas se alegran cuando cumplen años, porque ese es SU día especial. Los amigos, la familia, les recuerdan cuán importantes son para ellos, y les envían tarjetas y saludos. El agasajado organiza fiestas, recibe a los invitados con una sonrisa, agradece la deferencia.
Ese exactamente no es mi caso. Lejos de estar feliz, me deprime que el calendario me recuerde que pasó un año más. Muchos intentan consolarme diciendo: "pero mujer, si sólo cumplís..." Ese "solo" es lo peor, porque me marca todo lo que ya no podré hacer:

Sólo no puedo leer sin anteojos.
Sólo tengo la cabeza totalmente blanca
Sólo me salen pelos pinchudos en la pera
Sólo tengo unas quince arrugas más que el año anterior.
Sólo necesito una semana para recuperarme de una trasnochada.
Sólo tengo calores pre-menopáusicos.
Sólo ...

Hoy cumplo 43 años.

¡¡¡¡SOCORRO!!!



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