Siempre hay alguien que está peor.


mayo 11, 2006

Frente al mar, frente a Dios

La excusa sería decir que uno en vacaciones está relajado. Pero dada la frecuencia con la que me ocurren estas cosas, me inclino a pensar que es mi naturaleza. En fin.
Cuando uno alquila una casa en la playa, no se salva de ir al supermercado. Que el yogurt para la nena, que las salchichas para la cena, que las galletitas para el desayuno. Y sobre todo después de pasear un rato largo por las góndolas lo único que uno quiere es pagar e irse. Todas las cajas tenían filas de dos o tres personas, excepto una: vacía, con la cajera mirandome como diciendo: a vos te esperaba. Obviamente corrí hacia allá antes que algunos de los "tontos" se diera cuenta. Mientras descargaba el changuito, de reojo veo un nenito con su papá en el mostrador de al lado. El chiquito me miraba y me miraba, hasta que no aguantó más y le preguntó a su progenitor, con esa inocencia tan desesperante que tienen los infantes: "Papi, ¿porqué esa señora paga antes que nosotros si llegó después?". El señor, muy educado, le respondió: "Esa es la caja para discapacitados Francisco, la señora debe ser discapacitada mental". Mi marido se quedó pensando un ratito, asintió y me dijo: "Qué astuto este hombre, demoró dos minutos en darse cuenta lo que a mi me llevó diecinueve años".
Siempre pensé que los supermercados eran lugares infames.


Comentarios:
No puede ser tan malo!
La próxima vez que lo vea lo muerdo.

Bueno, no, no queda feliz la expresión, digamos que lo piso, o le pongo laxante en la cocacola, o algo.

El que merece morir es el de la caja de al lado. Y la cajera por ponerte cara de "te esperaba". :P
 
Eso, eso!. Escupilos a todos.
 
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