Ellos generalmente se conocen en algún blog. Cayeron allí por intereses comunes. Y por alguna
razón, aparece la magia. Ahora se reconocen. E inconcientemente se eligen.
Posiblemente, en ese momento cada uno tenga otras historias iniciadas. Pero ninguna con la fuerza suficiente para detener lo que pronto será.
Ellos se individualizan. Hablan en privado, se cuentan su vida. La rueda empieza a girar y lo inevitable está en marcha.
Un día se encuentran. La cara de uno refleja la del otro. La atracción es un imán, imposible separar las partes.
Él dice las cosas que ella sueña con escuchar, y ella es lo que él imaginaba.
Tímidamente al principio, él se acerca. Ella lo deja, temerosa de repetir antiguas frustraciones.
Pero él es distinto. Él es él. Y sabe lo que ella quiere.
Ella se abandona al amor tanto tiempo buscado, tan esquivo. Y se entrega.
Y él no la defrauda.
Y son capaces de vivir una historia de cuentos de hada.
Hace poco me enteré que dos amigos queridos (míos y de ustedes), están viviendo lo que acabo de escribir. Se me llenó el corazón de alegría (y de romanticismo, yo que no soy romántica).
¿De quién hablo?. De dos locos desquiciados que eligieron enamorarse.
Les pedí permiso antes de contar su historia. Ella me dijo: que sirva para que todos sepan que así como hay relaciones destructivas, otras te salvan. Él sólo repetía que está feliz.
Los nombres se los dejo a ellos, que de amor están sabiendo mucho.
# posteado por Ginger : 6:26 p. m.
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