Siempre hay alguien que está peor.


marzo 16, 2009

Cuba, capítulo 2

Viene del post de abajo. (pueden mirar el video de nuevo, ¡con el trabajo que me dio!)

Habíamos quedado en que me metí en el agua y me congelé. A ver que les explico...


Normalmente la temperatura del mar Caribe está entre 25 y 30 grados, excepto entre principios de noviembre y principios de febrero, porque las corrientes del norte traen agua fría (y eso marca que están en invierno). “Por culpa de los gringos” dicen los cubanos, el ecosistema está cambiando de tal manera que ahora los inviernos duran casi dos meses más. El turismo sería lo menos importante, lo grave es que la fauna marina está sufriendo las consecuencias. De todos modos, y acostumbrados como estamos los argentinos al agua helada de nuestro mar, no fue un impedimento y me pasé horas metida hasta el cuello, mirándome los pies sin poder creerlo (que los pies mios son horribles ya lo sé, lo que no podía creer era la transparencia del agua y el color verde esmeralda).

Diarios de motocicleta

No pensaba irme de Varadero sin conocer el pueblo, que está a unos 10 kilómetros de los hoteles. Uno puede tomar un coco taxi (cobran una fortuna), un bus de turismo (de dos pisos, con la parte posterior sin techo) o bien alquilar una motoneta. Mi marido que tiene una fantasía muy desarrollada, soñaba con emular al Che, así que nos subimos a una scutter, nos pusimos el casquito rojo y partimos a recorrer el mundo. Bah, unos pocos kilómetros de mundo.

Si los argentinos manejamos mal, ustedes no se imaginan lo que son los cubanos. Si no morimos arrollados por un Fiat 125 modelo 58 es porque era poco glamoroso. En el camino, y con la estupidez que me caracteriza, veía gente haciéndome señas, y yo pensando que me saludaban, les contestaba de la misma manera. Después me enteré que me querían avisar que teníamos fuera de lugar el pie de estacionamiento. Igual llegamos sanos y salvos.

Debo ser honesta, el pueblito es pintoresco pero medio feito. Limpísimo, prolijo, pero muy pobre y chiquito. Hay una feria artesanal, un centro comercial, un banco y muchas escuelas. Eso sí, tiene unas playas públicas increíbles. A la entrada un cartel anunciaba: “Prohibido entrar con animales cariñosos” (supongo que se referían a mascotas). El chiste fácil de mi marido fue: vos podés entrar porque cariñosa no sos.

Babel

Por supuesto, en los hoteles no hay cubanos, excepto los que atienden, y la mayoría de los turistas eran personas de edad avanzada. Argentinos muy pocos, nosotros y dos parejas jóvenes más, la mayoría eran italianos. Pido disculpas y espero que nadie se ofenda, pero ¡qué lacra son los italianos! (Sonia, desde el amor). Los odio, los detesto. Se juntan y parecen loros barranqueros. Son sucios, antipáticos, desagradables, despectivos, ladrones. Fueron tan irrespetuosos con los cubanos que estuve a punto de terminar a las trompadas con cuatro para defender a una camarera. Ellos pretendían romper las reglas porque “pagaron para que los del tercer mundo los atiendan como, cuando y donde quieran”. En la parte de “Restaurantes” les cuento la anécdota. Si uno le pregunta a un cubano quien considera el peor extranjero que visita su patria, te dicen sin duda ¡¡los italianos!! . Posiblemente estoy cometiendo el mismo error del que siempre me quejo: juzgar a un país por 200 tipos. Pero estos 200 que estaban en Cuba dejaron a Italia para la miércoles, créanme.

En orden de cantidad, seguían los canadienses (muy correctos y serios) y los alemanes que empezaban a tomar cerveza en el desayuno y para las 4 de la tarde cantaban en su idioma y se caían a la pileta de puro borrachos. Me resultaron simpatiquísimos.

Una tarde pasé por uno de los bares donde los músicos estaban cantando “Hasta Siempre” (la escuché unas 398 veces allí) y me quedé escuchando. Cuando terminaron, uno de ellos me miró y me preguntó si quería que tocaran algo especial. Les pedí la canción para Chile de Pablo Milanes, y les dije: “Para una amiga chilena que vive en Alemania y extraña su patria”. Como los cubanos hablan 4 idiomas, tradujeron lo que dije y empezaron a cantar. Los alemanes se me vinieron encima hablándo ¡en alemán! Y yo les contestaba en ¡perfecto castellano!. No tengo idea que nos dijimos, pero nos reímos un montón y terminamos a los abrazos.

El resto eran franceses, mexicanos, algún inglés y ningún español. Dos días después llegaron algunos argentinos, pero nada que mueva el amperímetro en las estadísticas de cantidad.

El suicidio de Gardel

Para los cubanos, Argentina no solo es sinónimo del Che, sino de Gardel (lo siento uruguayos) y del tango. Todas las noches el hotel ofrece distintos espectáculos que van desde bailes típicos, magia, canto, fiestas de galas hasta un homenaje a distintos países. ¿Qué iban a hacer para el nuestro? ¡Bailar un tango, por supuesto!. Cuando lo anunciaron esperé ver el famoso baile de salón que muestran las películas yanquis y que no se parece en nada a lo nuestro, pero me sorprendí cuando apareció la bailarina con un impecable vestidito negro, tajo al costado, y zapatos de taco. Hizo algunos pasos muy bien aprendidos y unos segundos después entró el bailarín. Todavía me duele la panza de tanto reírme. Gardel se hubiese suicidado antes de morir en el accidente, los malevos de Boedo se dedicarían al bricolaje y los bailarines de Señor Tango se tirarían al riachuelo. El muchacho llegó con un hermosísimo enterito de lycra ajustaaaaaaaado, color rosado con la pechera llena de lentejuelas plateadas que brillaban más que las estrellas. No puedo decirles si bailó bien porque a esa altura estaba tirada debajo de una mesa convulsionando por las carcajadas.

Comer o comer, esa es la cuestión

El problema con estos hoteles es que uno come como pollo de criadero. Empezando por el desayuno, en que quiere probar hasta las morcillas (¡los alemanes desayunan con morcilla, por dios!), hasta los panqueques, los jugos, las frutas…. Y para cuando termina, ya es casi la hora de almorzar.

El hotel donde parábamos tenía 3 restaurantes con servicio a la carta (había 2 más self service), para la cena, previa reserva que se realizaba a la mañana, donde uno elegía el horario y en cual quería comer. Obviamente probamos todos. Primero pasamos por el “Romántico”, con luz de velas, un negro gigante (con el que me encontré una tarde y me contó la historia de su vida, como siempre, yo hablando hasta con las piedras) que tocaba el saxo. ¿Qué cenamos? Por supuesto langosta y champagne. Lo peor es que no me gusta ninguna de las dos cosas, pero son caras y eran gratis…

Después está el Pepermonte, un restaurante italiano donde todos comen pastas menos yo que pedí carne al horno. Aquí los músicos son 3 y tocan temas cubanos. Cuando me saludaron y descubrieron que era argentina, ¡me dedicaron un tema de Los Ratones Paranóicos!.

Por último está el Conuco, de pescados y mariscos. Ahí ocurrió el problema con los italianos. Cuando uno entra, lleva una tarjeta con su reserva, te recibe un señor muy amable, busca la mesa asignada y te acompaña hasta ella. Estaba comiéndome el bacalao que ven en el video, cuando entraron 2 parejas de itálicos. Sin dirigirle la palabra al portero, pasaron y se sentaron. La supervisora (capitana le llaman ellos) se les acercó y les pidió que fueran hasta la puerta e hicieran lo correcto: entregar la reserva, etc. De más está decir que no tenían, pero a los gritos empezaron a pedir ¡por el gerente del hotel!. La chica les contestaba amablemente (en italiano, ya les dije que los cubanos hablan muchos idiomas) que no había excepciones, por lo que esta gentuza se levantó, tiró los platos y los vasos y empezaron a insultar a Cuba y a toda Latinoamérica al grito de “tercermundistas”. Al final se fueron (después de unos 10 minutos) pateando todo. Lo único que dejaron en evidencia era justamente, la diferencia de educación entre unos y otros. Más tarde el mozo nos contaba que era muy común que hicieran estas cosas porque se quejan de mala atención y piden como compensación una semana de alojamiento gratis. Que ratas, por Dios (otra vez, desde el amor, Sonia).

Continúa mañana...





Comentarios:
Seguí! Seguí! Quiero la continuación!!!
 
Ah, por cierto, gracias por el video en grande!
 
Yo no pude el video en grande, pero al rato intento otra vez...

Yo mori de risa solo de imaginarme al bailarin...
 
¿Todos los italianos tienen ese carácter o sólo la mayoría?
En fín, espero la continuación.
 
Ta bueno Gin, leí a otro bloguero que viajó a cuba, pero se nota que vos sos mucho mas divertida y sabes disfrutar las vacaciones.
Los tanos serian para los europeos los que los porteños para los argentinos , desde el amor... claro....
 
nena me encanta tu relato

los tanos serian a cuba lo que los brasileros a bariloche
creo que ya se los describi una vez
son una lacra, LOS DETESTO y no falta nada para que nos invadan otra vez
son exactamente como describis a los tanos salvo que no nos gritan tercermundistas por una cuestion geográfica y sí tratan como escoria a todos los que los atienden desde que se bajan del avion hasta que se suben nuevamente a él y tienen la costumbre de pedir viajes enteros como compensación... me toca de cerca todos los inviernos

y desde que vivo acá no he visto un brasilero que esté bueno!!

y para terminar, luego de un fin de semana encantador, he desarrollado una importante simpatía hacia los alemanes
 
Sabés qué hacen los italianos?
Suelen programar tours a Cuba O República Dominicana o Rio de janeiro, solo para hombres.
Asi es como los tipos, casados, divorciados o solteros, viajan una o dos veces al año a esos países solo para echar rienda suelta a sus más bajos instintos, es decir "SE VAN DE PUTAS".
Ellos saben que con unos euros, las sudacas entregan hasta el agujero del lóbulo de las orejas, ese que se usa para colgar aritos.

Muchos de ellos, se escaldan con algunas de estas calentorras que hacen bien los deberes para "enganchar" a un europeo y se las llevan a Italia, con promesas de amor eterno, familia y bienestar económico.

Cuando están allá, al cabo de poco tiempo, los tipos se pudren de las "sudacas" y las echan de sus casas. (Algunas piolas, se apuran a tener hijos para asegurarse la manutención).

Y ahí las ves, deambulando por los pueblos de Italia, haciéndose notar con sus ropas coloridas.
Aquellas garotas o cubanas que habían sido preciosas si no pintorescas, echan un culazo tremendo y dejan crecer sus bigotes.

Más o menos lo mismo que hacen los cabezas que adoptan una mascota para las vacaciones en la costa atlántica y luego, cuando deben regresar, las dejan tiradas en la ruta.


Ahora me pregunto, qué sucede con el gobierno quien defiende la cubanidad al palo que permite que estos capitalistas hediondos les escupan la dignidad? Cómo se explica esta paradoja?
 
la "gente" adopta mascotas en la costa atlántica y despues las dejan tiradas en la ruta?????
 
Si, Tia, eso sucedió siempre!
Hay gente que compra mascotitas para que los nenes jueguen enlas vacaciones y luego las deja porque no las quiere en su casa.
Es viejo! Si hasta publicidades hubo pidiendo que no seamos tan crueles.
 
Como siempre, Sonia se me clona y dice cosas que yo IBA A CONTAR EN EL POST DE ESTA NOCHE. En realidad, en Cuba la prostitución femenina está prohibida (las agarran y las meten en cana hasta que cumplen 60 años), no digo que no exista, pero a los hoteles los europeos no pueden llevar mujeres cubanas. Pero las reclutan de República Dominicana, o de Haiti. Igual, después les cuento la anécdota.
Inte ¿leiste lo que escribió Fabio? Me enteré por Guty que él también estuvo (¡mirá si me lo encontraba en Varadero!) e intercambiamos e-mails por la coincidencia. Su post es más instructivo, el mío más personal, esa es la diferencia

 
Ginger, no te olvides de que hackeo las mentes y, a veces, las almas de los desprevenidos.

Espero al nuevo post antes de hacer otro comentario a ver si todavia me acusas de espionaje postero.

(Llegué retarde a buscar a Valentina por quedarme hablando con vos. La pobrecita estaba solita con carita de angustia y le dije "la culpa es de la tia Ginger que se le ocurrió viajar a Cuba!". No lo comprendió pero me perdonó.
 
Pobreciiiiiiiita. Decile que la culpa es tuya por no mirar el reloj.
 
Que importante es la buena educaciòn asì te vayas al Congo... Me dan pena los personajes estùpidos que andan por la vida, creyendo que son piolas...

Me encantò todo lo que contaste..
Besos!
 
Ay, nena... yo conocí un tano en Punta que ya te voy a contar y, juro, lo imagino como los que te cruzaste en Cuba.

Besos y regresos
 
JUAJAJAJAaaaaaaaaaaa
contigo lloro- qué detallllle el tuyo, gracias, gracias...- después paso a la carcajada total- estoy viendo al tipo con las lentejuelas! otra culturaaa!!! es así, nomás...- sigo leyendo y paso de un estado a otro... mi marido cree que soy esquizofrénica... y no, eres TÙUUUU.
Y reconozco a mis alemanes... jejejejejee... si, la vida es en vacaciones una GRAN cerveza y cuando no son calcados a lo que cuenta Sonia de los italianos, son grandes y rosados niños viejos que se alegran del sol... y... la cerveza! Juas! (Mira que ir a Cuba y tomar cerveza, habiendo ron... en fin.)

ps
llegué tarde, porque pensé que te tomarías tiempo para escribir.... me alegro de que no fuera así.

BESOOOOO...
 
Tía ganga: cómo cuan simpatico los estás encontrando? jejeje
 
Y apoyo: tercermundista, pero EDUCADO.
Gracias a mamá y papá.
 
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