Lo bueno de tener un blog con pocos visitantes, es que una conoce a casi todos (¿quién está tan loco en Tailandia que entra a leer las cosas que escribo?).
Aquí está La Mariposa por ejemplo, que es mi madre putativa. Ella creó al monstruo y ahora no sabe como deshacerse de él. Por otro lado la tenemos a mi amiga Laura que después de escuchar los temas musicales que subo, cada día canta mejor. Mi amiga Clota ,que tiene vocación de santa, lo lee todas las mañanas pero no comenta. Llegando desde Guatemala se asoma mi amigo José Joaquín, que nunca está del todo seguro si lo que digo es cierto o no, porque le cuesta creer tanto delirio en una sola persona. Mi amigo Hernán es un flor de turro, pero ese es otro tema. Igual lo quiero. Mis amigos Anony Mouse y El Teta son los comentaristas más graciosos de la blogósfera, jorobensé los que no los tienen en sus blogs. Mis amigos Bernardo y Javier no leen este cuadernito. Lo bien que hacen. Algunos como Angel Gris no tenía idea de la existencia de No seré feliz pero me dió cargo de conciencia y se lo conté. Patomusa y Barbarita se pusieron felices cuando se enteraron que tengo blog. Fueron las únicas. Tempranito en la mañana antes de ponerse a trabajar Interior me visita. Desde entonces trabaja con más esmero.
Mis amigas Duda Desnuda y Cristina Daae me consuelan: quedate tranquila, dicen, algunos escriben peor. A útlimo momento se suma mi amiga Clari que prepara las mejores comidas de Internet.
Y con este grupete yo me divierto. ¿Amigos normales? No, de esos no tengo.