Siempre hay alguien que está peor.


agosto 16, 2006

Un baño de humildad

Hace una semana, un motociclista inconciente, circulando en contramano, sin casco y al doble de la velocidad permitida, atropelló a mi sobrina de catorce años y le quebró ambas piernas en varios lados. Desde entonces está inmovilizada en la cama de un hospital de Capital Federal porque pronto deberán operarla para llenarla de ganchos y clavos que le reconstituyan los huesos.
En estos casos es una ventaja tener una familia numerosa: todos los tíos nos organizamos para ayudar a los padres a cuidarla, y aunque la nena está bien, sólo puede mover la cabeza y un brazo, por lo que requiere asistencia todo el tiempo.
Ayer a la tarde fue mi turno.
Hacía muchos años que no entraba en un Hospital Público, tener un trabajo relativamente bueno implica también contar con una obra social privada. Y aunque uno no es ajeno a la realidad, la verdad es que la ve pasar por la vereda, pero al entrar a casa nos espera una buena comida y una cama con sábanas limpias. No reniego de eso, porque nada me vino del cielo. Sin embargo chocarse de frente con bebés desnutridos o con otras enfermedades producto de la pobreza me hicieron ver lo ridículo de quejarme por tener que cambiar el calefón. No digo que la queja no fuera válida, sólo que no somos (o fuí, no tengo porqué incluirlos a ustedes) capaces de valorar las cosas en su justa medida.
En principio, debo reconocer que la atención médica del lugar es buena, tampoco crean que las personas están olvidadas. Sí existe una suerte de impaciencia por parte del personal hacia la ignorancia de los padres que me hicieron saltar la térmica y calmada pero firmemente traté de explicarle a las enfermeras que muchas veces es tan sanadora una palabra amable como un remedio. Pero eso es anécdota.
Los enfermos reciben su cena a las siete de la tarde, y media hora después se avisa a los acompañantes que pueden tomar la suya en el comedor de pediatría, donde se comparte en una misma mesa la comida que te sirve un desganado cocinero. Fue una verdadera disyuntiva para mí: por un lado no tenía hambre (uno es animal de costumbre, en casa cenamos dos horas más tarde) pero tampoco podía rechazar la invitación de las mamás que me fueron a buscar para compartir con ellas. Nos dieron algo que parecía ser un guiso de lentejas y que posiblemente en otra oportunidad no hubiera probado, sin embargo no comer era una suerte de desprecio. Ellas sufrían por sus hijos internados, pero también agradecían poder tener una cena caliente. Me contaron sus terribles historias de vida, me mostraron sus niños, pero sobre todo me enseñaron a ser un poco más humilde y menos quejosa. Y tengo el firme propósito de grabarme en la memoria la experiencia vivida para no olvidarme nunca que cuando haga un escándalo porque se rompió una silla, otros se sientan en un cajón.


Comentarios:
Es raro.
En los lugares que no buscás nada encontras un montón de cosas.
 
Bien Ginger, bien, me gusta tu espiritu.
Esto le tendria que leer la gorda quejosa esa , la del norte, la que se queja por deporte.
 
Tal cual, Teta.

Jaaaaaaaaaaa! Inte, hacete cargo, que ahora llega y arma flor de quilombo.
 
Es duro conectarse con la realidad, pero es un buen remedio para la neurosis.
Fuerza y abrazos para la sobrinita :)
 
La cuestión es que a uno no deja de molestarle lo que le molesta, porque en cada caso a uno le embromará tema calefón, o tema cama, o tema hambre.
No es necesario "no quejarse", sino darse cuenta que cuando uno puede tirar una mano para que el otro sufra menos, se puede poner en marcha.
Si no simplemente la no-queja es parte de un silencio y no de una acción efectiva por el otro.

Apapachos a la sobri y zapato en el tujes con punta de acero al motoquero.

Bah, en mi modesta opinión. Sinatra me pone así.
 
Ay, Dios. Si no fuera por la intervención de Dieguito, pasaba de largo porque en estos temas no me gusta meterme.

Yo no estoy tan de acuerdo, Gin. Un problema es un problema y es un problema en el momento en que lo tenés.

Por supuesto que hay escalas, claro. Por ahí, incluso un chico que está en ese hospital, tiene menos para quejarse que uno al que lo acaban de bombardear en el Líbano. Y así podemos seguir para arriba y para abajo en una cosa que no tiene fin. Y tampoco tiene sentido ¿no? Comparar desgracias, digo.

El otro día mi sobri lloraba a mares porque se había olvidado de decirle al nabo de mi hermano que necesitaba una cartulina para la escuela, y no había nada abierto a esa hora.

¿Qué querés que le diga? ¿Que mientras ella llora por eso hay chicos que no tienen para comer?

Naaa. Un problema es un problema, y es un problema en el momento en que lo tenés.

Un beso grande, y otro para tu sobri, que espero se mejore pronto. En un chico, no hay derecho al sufrimiento.
 
Gracias ¨ce_, me gustó mucho tu comentario.
 
Bater y Romu, yo estoy de acuerdo con las dos. Lo que quiero decir es que para uno es una tragedia (hablo de adultos, obviamente no podemos pedirle a un chico que se haga cargo de la realidad) un problema con solución simple. No estoy comparando dramas, lo que marco es un poco como se pierde el sentido de las cosas cuando tenés muchas resueltas.
Yo no me propongo armar un centro de ayuda ni mucho menos, porque sé que no lo voy a hacer por tantísimas razones, algunas egoístas y otras no. El tema es que no alcanza con decir "pobre, tiene hambre", sino decir "este tiene hambre y yo tiro comida". Bueno, no sé si fuí muy clara, los miércoles se me congestionan las neuronas.
 
Estimada quejosa norteña: No estoy hablando de comparar desgracias para sentirse mejor, estoy hablando de imprimir energías en solucionar boludeces (calefón, cartulina, limpieza de la casa, ropa sucia, etc.) para tener reservas de espíritu positivo y saber como quejarse cuando llegan los problemas de verdad, los de difícil o imposible solución.
Y perdón a la dueña de casa por buscar roña acá en su chalet.
 
Corrección: la relación sería: no alcanza con decir "pobre, tiene hambre", sinó decir "este tiene hambre y yo me quejo por tener que ir hasta el tacho a tirar la comida que me sobra". Digo, para que sea más claro mi oscuro concepto.

Este es el chalet de todos ustedes Inte, cambien opiniones a gusto si les place.
 
La mayoría de veces escojo reírme de las adversidades que me pasan, porque casi siempre soy consciente de lo privilegiado que soy, que no debo pensar en lo que no tengo, sino en lo que tengo y que la mayoría de gente en el muno no.

Tengo una tía política que está muy enferma y es muy querida en la familia. No tiene ganas ni de comer y cuenta a los que no son de los que viven con ella que se come lo que le dan, no porque le guste o tenga deseos de comer, sino por quién se lo lleva.
 
Perdón por la omisión, que siga mejor la sobri, que se recupere pronto y que la tía nos cuente cómo le va en su blog.

Leyendo los comentarios me recordé del actor que le hacía de Doctor Spok. El tipo había estado en los campos de concentración nazis. Años después de eso, cuando estaba en USA y tenía hijos, de repente a alguno se le escapaba decir "me muero de hambre". Y Spok se enfurecía y les gritaba que ellos no sabían lo que es tener hambre de verdad, que no se estuvieran quejando. Después comprendió la realidad de las cosas.

Lo que sucede es que hay niveles de queja, y en ese sentido entendí tu post. No vale la pena armar un escándalo y sufrir porque el auto no funcionó hoy y tenemos que ir en transporte público o taxi, para poner un ejemplo. Pongo el ejemplo porque tenía una familiar que en la parada de bus lloraba porque se le había descompuesto su auto. La queja es válida, lo que no debería ser válido es hacer grande un problema que en realidad no lo es, hacer imprescindibles las cosas que no lo son, y amargarse la existencia por cosas que no valen la pena.
 
Exacto José! Eso es lo que quise decir.
A mi sobrina la operan el viernes, seguro que todo saldrá bien, pero los mantengo informado.
 
No estoy nada de acuerdo con lo que dice la Romu. Y sí con la postura de Inte y JJ.

Espero que tu sobrina se recupere pronto, Gin. Un besote grande para ella.
 
Aunque la Barbie no esté de acuerdo conmigo en este caso, al final estamos todos diciendo más o menos lo mismo.

Si a vos se te reventó el termotanque y te inundó una pieza, en ese momento para vos eso es un drama, no me digas que no. En el mismo momento hay alguien que está peor, como dice el subtitulito de esta página. Son niveles y escalas de realidad, que no se invalidan entre sí.

Después, que digas "pobre, tiene hambre", o que digas "este tiene hambre y yo me quejo por tener que ir hasta el tacho a tirar la comida que me sobra", son eso: cosas que una dice y no cambian la realidad.

Ahora, que hoy te quejes porque sopla viento con hollín y te ensucia el balcón, y mañana te llueva el piso de arriba y el balcón se te inunde, y entonces pienses "Qué boluda que fui ayer quejándome del hollín", es lógico y forma parte de lo que somos coom bichos en este planeta.

Ahora, que lo que viste en ese hospital te mueva a hacer algo para colaborar en ese sentido, eso es otra cosa.

Después, lo que una diga o deje de decir, es nada más que eso: palabras que se lleva el viento, junto al hollín.
 
Ah: un beso grande.
 
Supongo que forma parte de la condición humana una suerte de egocentrismo que hace que (con más o menos intensidad y frecuencia según el individuo)nos centremos en nuestra persona y nos quejemos por lo que nos pasa, aunque sea algo nimio... hasta que la realidad ajena nos da un trompazo en los morros. Y sí, yo también creo que todos tienen razón a la vez. Un beso grande.
 
Bueno...llego tarde a la polémica...Pienso que las palabras valen con tanto peso como una acción, Romu, si con eso por ejemplo estamos educando a un niño que mañana tomará decisiones en la vida. Enseñarle a la sobri a no llorar por cosas que no tienen una solución ideal, y que se puede buscar alternativas, es una salida posible.
La queja por la queja misma, no sirve sino para llenar de nubes negras tu cabeza y la de tu entorno...En fin...Será que estoy tomando mucha sopa boba ultimamente.Besos a la sobri y un patada en el culo al de la moto.
 
Sí, Diva, puede ser. En todo caso para otro tipo de carácter. No creo que eso me sirviera a mí.

Un beso grande.
 
Romu: es verdad que no cambia la realidad reconocer que es una tontería quejarse por tener que ir a tirar la basura cuando otros no tienen ni siquiera qué comer, pero sí cambia la realidad del que lo está diciendo. No es lo mismo vivir pensando que la vida es un asco así porque sí, porque existen contratiempos que nos molestan, que asumir que una vida de mierda con mayúsculas es otra cosa.
 
Claro, en el fondo todos llegamos a una misma conclusión desde distintas ópticas.
El punto es, que cuando se me rompió el termotanque (digo lo del termo como cualquier otra cosa por el estilo, se entiende), mi reacción fue exagerada. Yo siempre supe que había gente con problemas de pobreza, vamos, eso lo sabemos todos. Pero la diferencia pasa entre saberlo y vivirlo. Cuando uno lo tiene enfrente, palpable comprendés que está bien putear porque estuviste tres días bañandote a tachito, también es un problema, pero no podés magnimizarlo (¿se dice así?) porque tiene una solución concreta y que depende de mí. Cuando vos te encontrás con un chico que pesa 3 kilos y tiene 6 meses y la madre te mira como diciendo "no puedo hacer nada", descubrís de golpe que tu escala de valoración está un poco fuera de escuadra.
Y también es un tema eso de hacer algo, hasta me replanteé lo siguiente: nadie que toque timbre pidiendo comida se va de mi casa con las manos vacías, sin embargo eso es caridad. Hacer algo, o ser solidario, sería por ejemplo ayudarlo a solucionar su problema y que coma todos los días, no darle un paquete de fideos una vez. (que tampoco nos corresponde, porque para eso supuestamente está el gobierno, pero ante una realidad concreta no podés lavarte las manos) No quiero caer en la autocrítica destructiva, porque no me sirve a mi ni a nadie, pero está bien replantearse a veces, que no somos tan equilibrados como creemos.
 
Eso no te lo discuto. Lo que sí creo es que cuando tenés un problema y puteás, hacés lo más sano que hay, que es putear cuando estas enojada.

Por supuesto: un problema menor es nada más que eso, y una tragedia es otra cosa.

Ahora, una es de carne y hueso, y si estás colgando un cuadro y te martillás el dedo, te sentís la peor infeliz del mundo.

Pretender que en ese momento te pares a pensar "Claro, me duele el dedo y lo boluda que soy, pero comparado con Beirut no tengo de que quejarme", me parece medio irreal. Y no sé si tampoco sería muy saludable.

Un beso grande.
 
Claro Romu, nadie con dos dedos de frente va a pensar eso que dices en el último párrafo.
Y estoy completamente de acuerdo en que lo mejor que uno puede hacer es insultar cuando se martillea un dedo (caso de que tengas la gran suerte de poder levantar un martillo). Como seguramente sabes, ante las verdaderas desgracias lo más habitual es quedarse sin palabras.

Ginger: yo lo veo exactamente así como dices. Una cosa es lo que tiene solucion fácil y no vale la pena sentirse mal por ello, sólo ponerse manos a la obra y arreglarlo cuanto antes, y otra es lo que no se puede solucionar con los propios medios, o incluso nadie puede hacer nada por ayudarte.
 
Romu estas mezclando elefantes con mesitas de luz: Si te golpeas el dedo, puteas y gritas , es lógico, si se te rompe el termo tanque o tu hijo te aviso a las 22 horas que mañana tiene que llevar papeles satinados color turquesa y un cucurucho de helado gusto sambayon, no voy a sentarme a quejarme ni a decir "¡¡por que estas cosas me pasan a mi, Dios mío!!", si no que mañana a la mañana me hago un tiempo y se lo llevo a la escuela, y si no me hago un tiempo, le digo a mi niño que va a ser pasado mañana o si no se puede , tendrá que remontar la mala nota, y listo, y todo eso lo hice sin compararme en ningún momento con el pobre chico palestino.
 
Barbarita sos lo mas.
 
Gracias Barbie. Para mí, tu sentido común y tu opinión siempre es un referente.
 
¿Ven?
Si al final estamos todos de acuerdo.

Un beso grande.
 
:)
 
Che que linda gente que son.
 
Cielos; llego tarde por estar ausente algunos dias(no creo que hayan sido mas de 3); pero espero que aun asi mi punto de vista no quede de largo por la publicacion de otro post que en cierta forma haga dejar de lado este; por un lado una lastima lo de tu sobrinita; me gustaria saber que hicieron con el desgraciado imprudente que ocasiono eso; espero puedas contestarme eso, y varios ya han dicho en cierta forma el como veo los problemas(con escalas y puteadas en su debido caso), pero aun asi yo creo que lejos de sentirme mal cada vez que tengo un problema(por mas dificil que sea) lo uso en propio provecho...entiendase esto como el hecho de que si caes y te levantas en cierta forma(mas que nada emocional) seras mas fuerte y toleraras mas cosas en un futuro; asi que lejos de quejarme por eso aprendo cada vez mas..^^
 
Bueh... después de lo que dijo Barbarita, no digo nada. Cuando digo que es una genia, es uno de los pocos aciertos que tengo.

Espero que tus sobrina esté mejor, Ginger, y que le puedan meter un juicio al pelotudo que la atropelló, pero sospecho que esto que digo es una de mis tantas pelotudeces.

Besos y realidades.
 
Ojalá la sobri se reponga pronto del cuerpito y del coco también porque esto no debe ser fácil de digerir.
Con respecto a las quejas, todos somos quejosos por lo que sea y obviamente coincido en que si tenemos dos dedos de frente no vamos a hacer una tragedia de una pavada.
Pero si, es verdad, que la mayoria de las veces no vemos más allá de nuestras narices. Sabemos que existen muchas cosas feas: hambre, frío, enfermedades y muchas más, pero convivir con ellas no es lo mismo que verlas por tv.
No te tortures. Esto no lo vas a olvidar y estas experiencias sirven para que no quiera ser mejor persona.
Un beso.
Lala, ahora con blog
 
Ahí te dejo mi dirección por si querés pasar.
 
Pyro, el motociclista quedó peor que ella, porque al no usar casco voló de la moto y se rompió el bocho. Está internado bastante mal en otro hospital.

Dudín, aún cuando los padres no hagan juicio (la verdad es que ante la desesperación no tuvieron tiempo de pensar en ello), al ser accidente en la vía pública, la justicia actúa de oficio. Ya hay una causa abierta contra el motoquero.

Hola Lala, bienvenida. Después paso por tu blog.
 
Hola Laca, me olvidé de saludarte en el otro comentario.
 
gin, juntá la experiencia de los dos post. por un lado compartir un rato agradable con amigos que nos acarician el alma casi todos los dias y por otro, con gente extraña que pueden llegar a ser amigos como los primeros, tal vez la vida nos dá cada tanto una de estas vueltas para ponernos en contacto con otras experiencias...si, ya sé, voy a tomar la medicación... después paso otra vez.
 
Ginger, sabías que trabajo hace 26 años en el único Hospital Materno Infantil de Montevideo, veo eso todos los días y no puedo dejar de maravillar y asustar, cuando estaba embarazada sufría viendo lo que pasaba en maternidad, luego cuando tuve hijos sufrí agradeciendole a Dios y pidiendo que no les pasara lo mismo, me convertí en una madre miedosa que trata de no mirar a los costados cuando entro a trabajar. Pero eso sí, mi cansancio es mío y cuando estoy ante un familiar de pacientes o un paciente mi sonrisa está en los labios, aunque a veces diga Dios mío porque suceden estas cosas. El martes cuando fuí a la guardia había una mamá que lloraba mucho y a los demás se le caían las lágrimas y daban aliento igual, no pregunté nada, solo sonreí y ellos es muy raro que no digan gracias, luego me enteré que era una meningitis fulminante estaba grave con 5 años, dolió, y como me dolió. Sabés la Salud Publica Uruguaya está tan super poblada que no damos a basto, pero si te sirve de consuelo y no se si en Argentina es igual, en la Salud Privada trabajan las mismas personas que en las públicas, y los exámenes clínicos nosotros en el público se los damos a más tardar en 2 horas y en la salud privada, mejor no te cuento.
Solo quiero decirte con esto que los profesionales son los mismos y los pacientes nos hacen sentir más útiles y humanos en el público.
Un beso grande para tí y que tu sobrina sufra poco, en cuanto atendida se que estará bien pues los públicos no escatiman en gastos. Nos veremos
 
Paloma, no tengo dudas que la calidad de la atención pública es mil veces mejor que la privada. Esta cuenta con mejor hotelería, pero los médicos de hospital tienen muchísima más experiencia que los privados. Ayer estuve en el hospital Garrahan (porque tengo otro sobrino internado, operado de tiróides. Ambos chicos están bien, por suerte) y salí hasta orgullosa del lujo (en sentido de medicina, se entiende) que es contar con ese hospital de pediatría. Fijate que aún teniendo obra social, los padres decidieron atenderlo ahí. El problema de la salud pública pasa cuando la necesidad es ambulatoria. Conseguir turnos para estudios o para atención médica es toda una odisea, cosa que resolvés inmediatamente en casos de medicina paga. Pero ante una emergencia, no dudes que yo corro al hospital público.
 
Tal cual, acá pasa lo mismo. Eso es por la superpoblación que hay en los hospitales.
Besos y espero que los 2 estén mejor.
 
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