Los hijos son preciosos, divinos y la luz de nuestros ojos. Me lo repito todo el tiempo, porque es la única manera de no dar en adopción a los míos. O a LA mía, para ser más clara.
Tengo dos, un varoncito próximo a cumplir 20 años (¡caramba!, como pasa el tiempo) muy independiente, estudioso, deportista, músico por vocación (y porque no me queda más remedio que escuchar el strong-strong de la guitarra eléctrica) y poco complicado.
En compensación, la vida me premió con una niña de 16, exactamente opuesta al hermanito.
Al mismo tiempo que me llamaban de la escuela para felicitarme por las notas del niño, me hacían firmar actas por mal comportamiento de la niña.
Ya en 5° grado la descubrieron copiando en una prueba. Para peor, iba a un colegio que se caracterizaba por la exigencia en el estudio. Nos citaron al padre y a mi, nos dieron un discurso sobre "limites infantiles" y nos mandaron a casa pensando que habíamos engendrado un pequeño monstruo.
En 7° la suspendieron dos días por falsificar las notas del boletín. Ahora además de monstruo, era delincuente.
En 8° la mandaron a la psicopedagoga por insultar a la profesora de Ciencias Sociales, (después de conocerla, llegué a la conclusión que yo hubiese hecho lo mismo). Durante cuatro meses pagué una fortuna para que el diagnóstico fuera: "Inteligencia normal a superior, autodidacta, carácter definido". Le mandé una copia a la directora y guardé el original por si la situación se repetía.
En 1° de Polimodal (3° de Capital Federal) se llevó a rendir 7 materias, de las cuales 5 eran dobles (inglés y castellano). Aprobó 6 (u 11, como prefieran) y terminó con matemáticas previa, que, como fue el año pasado y nos mudamos, debió dar en una nueva escuela.
A ver, para que entiendan: pasó de colegio de provincia a capital. Plan de estudios completamente distinto.
Quince días antes de la fecha del examen, dijo: "me parece que ya tendría que empezar a prepararme". Se me erizaron los pelos de la nuca y le contesté: "¡¿Cómo empezar RECIEN AHORA?!, ¿no estabas estudiando desde junio? ¿vos sos tarada? ¡Vas a salir mal!". Muy tranquila, me miró y como toda respuesta, salió con un "¿ves?, vos siempre hacés lo mismo. Me tirás abajo la autoestima".
El martes rindió. Llegó muy contenta porque aprobó. Me contó el examen: "Me dieron 6 ejercicios. 3 hice bien porque eran los que estaban en la carpeta de Flor (una amiga generosa que le prestó el plan del año pasado) y me los sabía de memoria. Los otros tres no tenía idea, pero para no dejar sin hacerlos, agarré uno y empecé a escribir números. Cuando la profesora me corrigió, dijo: "yo no sé si vos sos muy inteligente o tenés mucha suerte. Acabás de inventar un nuevo procedimiento matemático. Lo increíble es que el resultado es correcto". "¿Sabe que pasa, señora?" le dijo la desgraciada "a mi me enseñaron así en el otro colegio". "Bueno, le contestó. Tengo que creerte, porque otra explicación no encuentro.". Y salió airosa.
Esa misma tarde se acordó que el jueves debía entregar un trabajo de italiano. ¿Cómo solucionarlo de la manera más cómoda?. Fácil, llamando a Sonia.
- ¡¡Sonia!!, necesito que me ayudes con algo de italiano!!
- Si, July, como no. ¿Qué necesitás?
- Que me traduzcas algo. Yo te lo paso por e-mail y vos lo hacés.
- ... bueno... mandame. ¿Es mucho?
- Naaa, once hojas. Ahí sale. Gracias Sonia, te quiero, te quiero. Chuick chuick.
Dos días estuvo Sonia con el culo en una silla, traduciendo.
Entregó el trabajo y la profesora cuando lo vió, le dijo: "¡Esto no lo hiciste vos!"
-"Sí profesora. Lo hice yo. Es que mi mamá ME PAGÓ (que hija de tuna, dijo ME PAGÓ) una maestra durante las vacaciones de invierno, y me ayudó para que saliera así de lindo."
-"Muy bien, Julia, veo que estás realmente interesada en la materia. Tenés un 10."
Y ella me lo cuenta. Y yo me doy la cabeza contra la pared.
Señores padres: disfruten del jardín de infantes de sus hijos, cuando todavía les pueden moldear el carácter. A ver si la vida les regala una como la mía.
# posteado por Ginger : 12:12 p. m.
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