¡¡Updapite de último momento!!
Resulta que Les Luthiers tiene una página oficial. Se puede visitar aquí, y se las recomiendo porque hay de todo. Pero eso no era lo que quería decirles. Resulta también que ellos organizaron un concurso y convocatoria para jóvenes intérpretes. Y lo ganó una señorita que se llama Maida Andrenacci. ¿Quién es?: alguien que los asistentes del DIC conocen. Primero fue prima de Barluz (porque eso viene incorporado con la familia) y después novia del Pragmático. ¿Qué tal?. Tenemos una integrante luthierana en casita.
Debo reconocer que Gingero tiene varias virtudes. Por ejemplo, se me puede ocurrir comprar la cosa más insólita y extravagante, y él me alienta a hacerlo, aunque sepa que no le daré ningún uso porque me arrepiento a los dos minutos de haberla pagado (tengo un placard lleno de muestras sobre la veracidad de lo que digo). También es muy invitador. Me invita todos los fines de semana a salir. La mayoría de las veces le respondo "dejame de hinchar, que no tengo ganas de sacarme las pantuflas", pero algunas acepto. Generalmente vamos a comer, a algún teatro o show, a exposiciones. En general elijo el lugar yo, y sólo a dos se niega a acompañarme: al casino y al hipódromo, porque los detesta (y yo los amo), pero convengamos que en el balance, salgo ganando por varios cuerpos.
Desde mediados de semana me insistía para ir a ver la muestra sobre los 40 años de Les Luthiers. Dije que sí inmediatamente y hoy partimos para Recoleta. Llevé mi humilde camarita digital y en camino le propuse jugar a los turistas. Es decir, recorrer los lugares donde va la gente que no vive aquí. Me miró con cara de resignación, preguntando que tenía eso de divertido, ya que normalmente pasamos varias veces a la semana por allí, pero yo contesté que quería mostrarselos a Nicté, a JJ, a Laura, a Pyro, a.... a todos los que no conocen Buenos Aires, así que le hice dejar el auto en un estacionamiento que quedaba a unas diez cuadras del centro de exposiciones al que ibamos, y empezamos a caminar.
Vengan, los invito a pasear conmigo:
Pasaje Copérnico. Esta calle está sobreelevada con respecto al resto, por eso para transitarla es necesario subir las escaleras (los autos entran por otro lado, antes que pregunten).Esquina de Galileo y Newton, por ahí cerquita de la foto anterior.
Embajada de algún país (creo que España - Guido y Newton, si alguien sabe, que me confirme)Después seguimos camino hasta el Palais de Glace, que ofrecía una exposición de periodismo fotográfico en el primer piso, aunque antes recorrimos la muestra de pintura más espantosa que recuerdo haber visto, en planta baja. Alcancé a sacar una foto (que publico para que entiendan sobre lo que hablo), cuando llegó el guardia de seguridad y me hizo guardar la máquina.
La obra es de una artista llamada Candelaria Silvestro y la tituló: Blanca Nieves y el Príncipe Azul, aunque yo creo que mejor le quedaría: "qué calentura tenés mamita".
Lamentablemente no puedo mostrar las fotos de los periodistas porque el guardia me persiguió por todos lados, pero creanmé que es excelente. Están las fotos originales de Cabezas (la de Yabrán en Pinamar), la de Julio López jurando antes de declarar en el juicio a Etchecolaz y varias más muy conocidas. La muestra termina hoy.
Después, Gingero me invitó a tomar un capuchino en el Buenos Aires Design (donde las únicas palabras en castellano que escuchamos fueron las de la moza preguntándonos que íbamos a tomar), y en el camino me regaló una alianza griega, de plata, que luzco en mi dedo ahora.
Galería cubierta del Buenos Aires Design.Vaca paracaidista. Corresponde a una serie de esculturas sobre vacas que se presentó el año pasado. El Gobierno de la Ciudad compró algunas y las ubicó en distintos puntos turísticos.
De allí fuimos al Centro Cultural Recoleta, donde estaban presentando la muestra de Les Luthiers.
Patio interno del Centro Cultural, llamado Paseo de los Tilos.
Tuvimos que hacer una larga cola para entrar, pero mientras esperabamos se presentaron Nuñez Cortéz (integrante de Les Luthiers), Ulanovsky (periodista y coordinador del grupo) y Horacio Fontova (músico, cómico, etc). Saludaron a la gente y se metieron de colados. Después nos enteramos que había una mesa redonda con ellos como panelistas.
Gingero mata el aburrimiento de la espera, leyendo el bono contribución voluntario de $1
Una vez adentro, recorrimos el salón. Están los afiches de todas las presentaciones, desde el año 1967 hasta el último, los instrumentos que inventaron y usaron para cada show, box con auriculares para escuchar fragmentos de canciones, videos con sus espectáculos y un kiosco de recuerdos, donde el único recuerdo que se lleva uno, es el precio exagerado de los souvenirs. Si agrandan las fotos que siguen a continuación ,(clic sobre ellas) podrán ver en detalle los carteles.
De allí, fuimos a caminar un poquito por las callecitas cercanas, lugar concheto y aristócrata si los hay.
Iglesia del Pilar. El interior es totalmente barroco y las molduras están recubiertas en láminas de oro. Las fotos internas me salieron oscuras, se las debo para la próxima.
Paseo Chabuca Granda. Al fondo, La Biela, el bar más famoso de Buenos Aires.
Hotel Alvear. El más caro de la ciudad. Para alojarse allí, el pasajero debe contar con varios millones de dólares en su cuenta bancaria, y apellido ilustre.
Complejo de cines y bares Village Recoleta.
A esta altura ya me estaba muriendo de frío, así que decidimos emprender la vuelta a casa.
Confieso que me gustó esto de ser turista en mi propia ciudad y decidí que el próximo fin de semana lo repetiríamos por otra zona.
¿Quieren venir?. Preparensé que el sábado que viene nos vamos a San Telmo.