Cuando yo era chica bailaba danzas españolas. Una vez por año se hacía un festival donde mostrábamos lo aprendido en ese ciclo y mi mamá y mi papá iban a verme. Ese fue todo mi paso por los escenarios.
Hoy, los pibes están más desinhibidos, y la diferencia generacional entre padres e hijos es mucho menor. La mayoría de los adolescentes tienen alguna inclinación musical y arman su propia banda entre pares. Los integrantes cambian seguido, así como los nombres rebuscados que se ponen.
A mi hijo, su primer guitarra eléctrica se la regalamos cuando cumplió 15 años. Era usada y de marca desconocida, pero él estaba fascinado. Después ahorró y compró otra, junto con un amplificador mejor, una pedalera y un afinador. Se pagó algunas clases de música, aunque sus conocimientos son más de autodidacta. Una vez tuvo la intención de pedirme consejos musicales (a mí, que soy sorda para la música) y quise enseñarle lo único que me acordaba de mis épocas juveniles: la Vidalita punteada y las notas de "Las Margaritas". Obviamente, sin la menor diplomacia, me sacó la guitarra de las manos y se fue ofendido. Él pretendía que yo supiera algo de Pink Floyd, o de los Stone como mínimo.
Con el tiempo armó varias bandas con sus amigos. Así pasó Necis, Mazorca, otras que ya ni recuerdo el nombre, hasta que llegamos a Valkirys, la de ahora.
Los sábados de 6 a 8 de la noche se juntan en un estudio de Belgrano a "ensayar", porque todos los padres decidimos correrlos de nuestras casas. En general nos preguntábamos cual era la razón de tanto ensayo, hasta que consiguieron tocar en algunos festivales de bandas que organizan los colegios. El primero (y gracias a la rectora que además de ser profesora de música, tiene especial aprecio por mi chico ya que dio su tesis para recibirse con "Historia del Jazz y del Blues" y aprobó con sobresaliente) fue en su escuela secundaria. Más tarde engancharon algunos pubs con dueños muy comerciantes que los dejan tocar a cambio de la venta de entradas, y por último llegaron al Museo Sívori* en la tarde de ayer.
Como decía anteriormente, estos chicos modernos son totalmente desinhibidos. Ellos insisten en llevar a todos sus amigos, pero también a sus hermanos, padres, tíos, primos, abuelos, etc. Quieren que los escuchemos, aplaudamos y pidamos bises. Ah, y encima que seamos sus "plomos"*.
Una ya está mayor para estas cosas, pero tratándose de los hijos cualquier esfuerzo es válido. No se trata sólo de ir, también hay que producirse. Una debe parecer moderna y saberse al menos dos nombres de los temas de Megadeth, de Korn, o al menos de Molotov (estos son los únicos que me gustan). También tiene que vestirse acorde a la ocasión: jeans gastados, remera con inscripciones preferentemente en inglés y zapatillas All Star . Al pogo no me le animo, lo más probable es que quede fracturada.
La cosa es que tocaban cuatro bandas, en tres de ellas había un Melusino. En Valkirys mi hijo y mi sobrino Pablo, en Sugerencias Hipnóticas mi sobrino Nicolás, y en Lumos, otra vez Pablo que es bajista, así que entre padres y hermanos de todos la cantidad de público era considerable.
Todo fue muy entretenido y los chicos bajaron contentos con su presentación. Felicitamos a los músicos y a la nochecita emprendimos el regreso a casa. Eso sí, ¡qué cansador es hacerme la joven!
# posteado por Ginger : 6:49 p. m.
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