La invitación decía:
"Arte en La Recova de Posadas. Artista invitado: Marcelo Maira. Exponen alumnos de su taller. Auspicia Chandon".Personalmente me gusta este tipo de muestras, pero en este caso existía un compromiso doble. Maira es un pintor bastante reconocido, sus obras valen pequeñas fortunas, y entre otras cosas, es el cuñado de mi prima gemela. Como si fuera poco, uno de los alumnos es el marido de dicha prima, y terminé por convencerme al leer el auspicio.
Además, teníamos que ir a buscar a la niña que me regaló la vida, que se encontraba en el recital de una tal Lily Allen, en el Luna Park.
Empecé a prepararme tipo siete de la tarde: me puse la mascarilla de barro mineral, llené la bañadera con agua de algas (porque eso dice el paquete de algas disecadas que venía con el barro), y dos horas después estaba hecha un primor, lista para ver la muestra.
Para quienes conozcan Buenos Aires, La Recova queda debajo de la Autopista Illia, a la salida de 9 de Julio, frente al Four Seasons. Es un lugar muy pituco, llenos de bares y restaurantes. Los cuadros expuestos se encuentran en la vereda, debajo de una galería cubierta, colgados del techo, y pueden ser apreciados por cualquier transeúnte.
En medio de la gente que iba y venía, no lograba divisar a mi prima, a su marido ni al artista, así que se me ocurrió preguntar a un buen señor con cara de mozo de bar, parado en la vereda, y allí me enteré de otra de las maravillas porteñas: El Gallery Nights.
El Gallery Nights es un recorrido que se realiza por galerías de arte de Buenos Aires los últimos viernes de cada mes, absolutamente gratis. El tema es así: en una combi (especie de colectivo pero más chico y con más categoría), te llevan a ver distintas muestras de pintura, escultura, anticuarios, etc que están abiertos hasta las dos de la mañana. En cada parada, un señor culto llamado marchant te explica lo que vas viendo, las técnicas, la antiguedad, y sobre todo, el precio de cada obra. A su vez, te obsequian con una copa de champagne, vino o licor cada vez que bajás. El único problema con tanto alcohol, es que en las últimas estaciones uno ya no puede distinguir si mira un cuadro, una pared o una persona.
Como la exposición de Maira era en La Recova (lugar de salida del micro), quedaba mal dejar plantados a los anfitriones e irnos al tour, así que nos quedamos con ellos y para cuando habíamos terminado, la última combi había partido. Pero como varias galerías quedaban cerca y Lily Allen no dejaba de gritar, fuimos caminando con mi señor esposo hasta las más cercanas.
Me enamoré de dos cuadros italianos de principios del siglo XX, de un tal Pigliarini o algo así, imposibles de comprar por su precio, pero maravillosamente realizados.
Paseamos por anticuarios, ví por primera vez miniaturas de Dresde auténticas (en urnas de cristal con ochocientas mil alarmas), arte argentino del bueno, esculturas en mármol blanco (el sueño de mi vida) y mucho mucho mucho glamour. Pero lo mejor de todo: ABSOLUTAMENTE GRATIS.
Lamentablemente no pude seguir mi recorrido porque el celular indicaba que la inglesa gritona había terminado su show, y la seguidora argentina (o sea, mi hija) estaba esperando que fueramos a buscarla.
En medio de una multitud de adolescentes, encontré a mi retoño gritando. De alegría, de entusiasmo y de hambre. Como nosotros tampoco habíamos cenado, nos dirigimos a Puerto Madero (porque allí la mayoría de los restaurantes tienen salón fumador) y tuvimos que soportar la cara de culo de mi niña, a la que no le interesaba que estuvieramos dejando medio sueldo en la comida, y pretendía que fueramos a un TGI (cadena de hamburgueserías para adolescentes) a soportar más chillidos y empujones de gente de su edad.
El último párrafo es meramente anecdótico, sólo lo escribo para aquellos que aún tienen hijos chicos, que sepan lo que les espera.
La finalidad de este texto era recomendarles la recorrida del Gallery Nights. Aún para los que no amen la pintura, recorrer Barrio Norte a la noche produce la misma sensación que estar de vacaciones en París, o en Bélgica.
Aquí les dejo unas poquitas fotos que salieron, porque ya saben, mi camarita es limitada. Acepto gustosa otra mejor, de regalo.
Que lo disfruten.
Vereda de La Recova de Posadas, con los cuadros expuestos. (Posadas y Cerrito)Complejo de galerías en Arroyo y SuipachaOtra galería, en Suipacha y Arenales.Cara de culis mirando la comida y diciendo que prefería una hamburguesa.Salón para fumadores del restaurante. Detrás del vidrio está el río y del otro lado, lo más moderno de la ciudad de Buenos Aires: Costanera Sur, el Hiltón, paredón y después.