Siempre hay alguien que está peor.


febrero 27, 2008

El duro oficio de hacer amigas teniendo marido

Hagamos un poco de historia: en la adolescencia lo más importante de nuestras vidas son las amigas. Compartimos hasta los calzones con ellas, les contamos nuestros más íntimos secretos, pasamos 24 horas del día juntas y gastamos fortunas en teléfono (a expensas de nuestros padres) hablando de cualquier cosa. Después conocemos a ese varoncito que nos hace actuar como verdaderas idiotas; no tenemos ojos más que para él y aceptamos todas sus estupideces como sagradas normas bíblicas. Ahí las amigas pasan a segundo plano. Ya no tenemos tiempo de acompañarlas a la peluquería (porque debemos mirar con él un partido de futbol por tv entre Cambaceres y Deportivo Arenas), el teléfono les dará siempre ocupado; estamos hablando con él sobre lo fabuloso que es, y así. Cuando nos casamos nuestro mundo deja de ser "poli" y se transforma en "mono". Por lo menos es lo que creemos los primeros tiempos hasta que nos damos cuenta que el varoncito vino con madre y hermanas incorporadas (menos el mío que no tiene, pero la madre vale por sextillizas).

Pasada la pasión arrolladora, sentimos necesidad de hacer una regresión hacia la amistad, sólo que nuestras antiguas amigas están transitando algunos de los procesos previos que ya vivimos, otras hicieron nuevas amistades y otras se fueron a vivir a Alaska. Para entonces, él siguió conservando sus amigos y nos enchufa de rebote a las esposas. Está comprobado científicamente (por mi) que sólo un 10% de ellas puede tener un mínimo punto de contacto con nosotras. El resto se encargará sistemáticamente de pasarte recetas de cocina, aún cuando le digas hasta el cansancio que odias cocinar, refregarte por la cara lo fabuloso que le sale el budín de pan y recordarte que la única vez que intentaste hacerlo lo confundió con cartón prensado. Otras darán lecciones sobre como educar a tus hijos, y traerán a los suyos vestidos como los príncipes de Gales mientras los tuyos andan en patas y remeras desteñidas con tantos lavados.

A esta altura, las mujeres salimos a recolectar amigas por otros lados. Unas que elijamos nosotras. Es variable el lugar de pesca, puede ser en las reuniones de madres del colegio, en los clubes o en el trabajo. Y entonces empiezan los problemas maritales.

Si las afortunadas que aceptaron nuestra amistad son casadas, ellos las mirarán con desconfianza. Nos acusarán de meter en casa a desconocidas y se negarán rotundamente a entablar trato con ellas. Si somos nosotras las que visitamos su casa, nos retiraremos estratégicamente cuando lleguen sus respectivos esposos para no pasar por el mismo examen visual.

Si la nueva amistad es soltera, ¡Dios nos libre!. Se ponen en un estado de paranoia crónica y utilizan cualquier método para acabar con nuestra relación. Nunca dan una excusa válida, pero la verdadera causa es que temen (con acierto) que podamos contemplar todo lo que nos perdimos por casarnos con ellos. Los hombres sufren un verdadero complejo de inferioridad a la hora de evaluar su matrimonio.

Y que decir si nuestra nueva amiga es divorciada. Que les avisen que el fin del mundo está cerca, no tendrá el mismo efecto devastador que saber que la esposa tiene una amiga separada. Las harán sospechosas de conductas inmorales, las acusaran de buscar llevarnos por el mal camino, y las crucificarán eternamente por libertinas. Porque un varón nunca aceptará que su esposa conozca a alguien que pasó por el infierno y prefirió vivir en el cielo, que se traduce en ser dueña del control remoto, salir cuando sienta ganas, o perder el tiempo arreglandose las uñas en lugar de planchar camisas masculinas.

Por eso, estimadas señoras y señores que leen este blog, es importante saber que cuando una se casa (hasta que la muerte nos separe, la muerte de él), tenga muy en claro que, en cuanto a amigas se trate, el esposo reducirá a cenizas la poca autoestima que nos quede para conservarlas. Sin embargo, si algo nos caracteriza a las damas es nuestra infinita paciencia para hacer oídos sordos a las palabras de los hombrecitos. Y cuando se canse de no escucharlos, mándelos a jugar al fútbol con los amigos. Así después tiene mucho para reprocharle.


Comentarios:
Parece que me toca comentar primero... A mi lo que me paso es que a mi esposo no le cayo muy bien el esposo de mi amiga (y le doy la razon, no entiendo como pudo fijarse ella en el...) pero ni modo, nosotras seguimos siendo amigas...
 
claro... una elige a las amigas, pero ellas eligen sus maridos... y a veces no aciertan! Deberían preguntar antes de decidir!!

Mi marido es bastante paciente y no hay mucho rollo con eso de que tenga amigas... es además una de esas personas que está bien en todos lados... lo siento pero el tipo es "encantador", según se rumoréa a mis espaldas... y menos mal porque no le gusta el fútbol!!! y a bailar samba- que es su actividad deportiva- por razones obvias no lo mando ni loca!

Además tenemos un acuerdo tácito aunque explícito, la casa es MIA y yo hago lo que quiero e invito a quien se me antoja... y por eso lo dejo salir 8 horas diarias y lo dejo entrar denuevo siempre que vuelva con el sueldo y el auto intactos! guajajajajaja
 
Generalmente, Nicté, no se meten con las amigas de larga data (aunque sí con las incorporaciones que ellas hagan). El problema son las nuevas amistades que una recolecta sin su aval.
Pd: Yo también tengo amigas que eligieron cada cosa por marido...
 
Pal, Gingero tiene muy en claro que puede poner las caras de culo que se le ocurran, pero a mi casa viene quien yo tenga ganas de traer. En general no protesta,porque también he recibido cada amigo suyo...
 
Jajaja que temón las amistades!
Yo a no ser por una sola, el resto las tengo desde la escuela. Media Naranja incluida!

En lo que sí estoy de acuerdo es en que deberían consultar antes de decidir...

Igual ahora ya está todo el pescado vendido...
 
No se si les pasará a Uds. pero en mi grupo cuando alguna cambia de marido, novio, amante o service, también nos cuesta a las demás allanarle el camino al "intruso".

Me parece que esa desconfianza se da en cualquiera de los géneros.

Afortunadamente una de nosotras tiene un marido "colectivo" o sea nos banca a todas aunque cambiemos de "estado" con regularidad.

¡¡¡Grande Néstor!!!
 
A mí eso de las nuevas amistades me pasaba con mi exmarido, pero con Xavi me ocurre todo lo contrario: creo que mis amigas -tanto las antiguas como las nuevas- le gustan a él más que a mí.
 
Dejame en la ignorancia y ni en pedo me digas que opina el Gingero de mí. Buajjjjjjjjjjjjjjaja

Besos y sordera.
 
Cuando y acababa de salir del cole se casó mi amiga María, con quien crecí. (La boba se jaló torta - o sea, quedó embarazada- y decidió casarse). Cuando después de casada yo iba a su casa su marido - un tipo así como que muy del pueblo- le dijo que yo no le gustaba porque llegaba en carro y era muy "plástica" (palabra ya entonces pasada de moda que significa "fresa" o "concheta"). Total, que ya ir a su casa no era lo mismo y la amistad decayó. Sufrí montones, porque era la hermana que nunca tuve.
 
El título bien podría ser:El duro oficio de ser "marida" teniendo amigas. Me asombra siempre cómo puedes analizar cada uno de los aspectos de los temas que propones sin dejarte ni uno,es increíble...y sí, es cierto,en mi caso,las esposas de los amigos de mi marido son insufribles (es hijo único,así que tiene amigos en vez de hermanos)de todas no se hace una,no congenio ni con cuatro cubalibres encima,por más que intente no puedo. Y sí,las nuevas posibles amigas siempre tienen que pasar por el sensor y criba correspondiente.
 
A mí me encanta ser la amiga separada de mis amigas casadas y verles los ojitos de terror a los maridos cuando entro a hablar de los beneficios de estado civil tan deshonroso. Ñaca ñaca.
 
Genial lo que escribiste !!!es la pura realidad que cuando una pasa por ese estado de enamoramiento se olvida de todo ,hasta de las amigas .Pero..no hay que dejar a las amigas ,porque después se necesitan .Con las esposas de los amigos de él no es fácil congeniar ,yo solamente me hice amiga de una de las esposas .Hay que conservar la individualidad ,hacer lo que nos gusta y si protesta el macho de la casa ,no hacer caso.A la larga se acostumbra,después de discutir y ver que hacemos lo que se nos canta no dice ni mú.Odio esas parejas simbiotizadas que van juntas a todos lados .Qué aburrimiento ,por favor !!!!
 
Semeolvidó, yo conservo mis amigas de toda la vida, y esas son intocables (las nuevas también, pero ahí se cree con derecho a opinar).
 
Ahhh, Tempera, que tema. Mis amigas saben que antes de aceptar un candidato, el resto le tiene que dar el visto bueno (siempre le encontramos defectos, pobres tipos). Si definitivamente no nos gusta, le echamos flit y a otra cosa. (Hay varias solteras que todavía nos están puteando).
 
Barbarita! que emoción tenerte por acá!.
¡Pero vos tenés una ventaja: el Xavi es el marido casi perfecto.!
 
Dudis, vos tenés un record que dudo se repita: sos la única amiga que ha bailado con mi marido. Eso es casi un milagro, mirá.
(También está Goddessa, pero ella no cuenta porque es pariente).
 
Jaaaa!, me encanta el castellano costaricense, Laura. Acá si te dicen "plástica" significa que tenés siliconas por todos lados.
Con mi grupo de amigas de la infancia tenemos una norma: en nuestra relación los maridos no existen. Por suerte son amigos entre ellos también así que no hay mayor problema. (Casualmente hace una hora me llamó el esposo de una de ellas para saludarme).
 
Luisa, este tema surgió por una conversación que tuvimos el sábado a la noche con unos amigos (primos de él, amigos míos por elección) sobre eso de conocer gente nueva e incorporarla a la vida de uno. Tampoco es taaaan personal. Mi marido no me boicotea amistades, pero tampoco me alienta a conseguir nuevas, lo que como te darás cuenta, no me preocupa en lo más mínimo.
 
Cristina, nos, las señoras casadas, te envidiamos profundamente. Y los maridos suelen tener otros pensamientos más deshonestos con vos.
 
Mirá Julieta, en algún momento los simbióticos se rebelan (las mujeres, sobre todo). Y ahí ellas se pudren y se van con el carnicero.
 
Que feo ir a cenar con "la nueva novia del amigo de marido" y mientras ellos charlan de cosas de siempre y se cagan de risa, una trata de hacer buenas migas con la desabrida, pero no hay caso, al rato empiezan los bostezos y el "vamos carinio?" que por supuesto no surte efecto porque el esta chocho con su amigo... en fin, mas se perdio en la guerra.
 
Encima que les elegimos las amigas se quejan!
 
Te cuento un secretito: las solteras y casadas son rechazadas por los maridos por miedo de caer en la tentación. Al final es por el bien de ambos.
 
Los amigos(as) que traen a sus criaturas si son un dolor de cabeza, aun no he vivido ese tipo de experiencias en carne propia pero he visitado a una amiga que en mitad de nuestra sesion de estudio abrio la puerta y entraron 3 pequeños desastres naturales que dieron vuelta y media la casa mientras sus señoras madres estaban de lo mas tranquilas conversando en la sala y nosotros nos bancamos tremendo lio(que conste que mas la hija menor de la dueña de casa ya eran 4....-_-U..)
 
encima que les elegimos los amigos, se quejan!!
Ay! perdón dn Teta no lo había visto...
 
Barluz, mi marido tiene un amigo que cambió unas seis parejas. A todas y cada una de ellas las trajo con él a mi casa (a cenar). No sólo tuve que soportarlas (por algo las cambiaba, y ellas a él), sino hasta aprenderme el nombre. A más de una la confundí con otra ¡Y encima me retaron!.
 
Lástima que no nos eligieran los maridos también, Teta.
 
Ese será tu caso, Guty! Mi marido jamás se fijaría en otra que no sea yo y todas las pendejas con culo parado y tetas grandes que pululan por ahí.
 
Ese es un tema, Pyro. Las amigas con hijos pequeños. Encima la mayoría de las mías tienen todos chicos menores de 10 años y yo ya estoy algo mayor para niñera.
 
Este comentario fue dejado por El Analista, sólo que en el post de abajo. (mirá que buena soy):
Ah no, disiento totalmente, yo he tenido como requisito que mis parejas vinieran con el combo de amigas incorporado, es mas llevadero, tiene con quien quejarse y que las entienda, ademas, al defenestrarnos canalizan tensiones que de otra manera devendrían en divorcio, claro, son mis ex parejas, quizás, ahora que lo pienso, no este resultando.


Y sí, Analista. Yo que vos lo pienso dos veces antes de alentarlas a tener amigas. Seguro que ellas les hablan mal de vos, y mirá los resultados.
 
Mi marido me dijo que, a partir de ahora, no le interesa si mis amigas son solteras, casadas o viudas. Lo que sí exige es que sean lindas.
Quiere hacer casting de amigas.
 
Sonamos. Sonia, fue un gusto conocerte.
 
JAJAJA, estas locas.
 
Sonia, a ninguno le interesa el estado civil sino el físico. Y el que diga que no es un reverendo mentiroso (buena estrategia).
 
Las amigas de la bruja, son por antonomasia, feas y chatas.

Ninguna esposa le presenta nunca al marido una amiga con unas tetas ASI!!!
 
A eso iba yo también, siempre llevan los escrachos y pretenden que uno se alegre de ver semejante especimen femenino. Las minas siempre se están comparando, por eso buscan amigas que carezcan de sus propias virtudes, para estar seguras nomás.
 
Estás equivocado Angel. Dos de mis amigas se pusieron siliconas y tienen tetas ASIIIII. Y mi marido las conoce. Eso sí, cuando vienen a mi casa se visten de monjas.
 
¿Comparando?. Vos estás chiflado, Guty. Con las amigas no nos comparamos. Lo hacemos con el resto de las mujeres y nos autoconvencemos que estamos mejores.
 
Decí, Gin Gin, decí que tu marido dice que soy la mas linda de todas aunque no tenga las tetas ASIIII!
 
Muy gracioso tu blog...!!! me ha hecho reir mucho! gracias :)
 
Es cierto, Sonia. Eso sí,no le creas mucho cuando no tiene los anteojos puestos.
 
Bienvenida Roccocuchi. Me alegro que te diviertas, esa es la idea (que no siempre me sale, por supuesto)
 
Ah, Ginger... Para empezar a opinar, yo tengo que aclarar que milito en las filas de las "divorciadasgraciasadios", razón por la cual, los maridos de mis amigas sospechan de los consejos que yo pueda dar. Hasta me ha pasado que una amiga mía hablara tanto de mí con su entonces novio, luego ex-novio, que el fulano casi me hablaba como a una suegra... Mi propio ex decía que yo perdía el tiempo cuando estaba con mis amigas (perdía el tiempo de cocinarle, plancharle y todo el combo que viene con una casa y con un marido). Pretendía que mis cuñadas... ¡mis cuñadas! fueran mis amigas... jajaja... yo creo que ahí empecé a pensar en separarme. Una mujer que sólo puede hablar de cúantar cortinas lavó o de cuántos pisos fregó, no puede ser amiga ni de sí misma. En fin, que los maridos seleccionadores de amistades de sus esposas sepan que ese es un paso que no deben dar, si quieren sostener un buen matrimonio. Total, si todo se va al diablo, será con o sin amigas.
Un beso
 
Graciassssss Gingerrr, es que soy muy despistado
 
Publicar un comentario



<< volver al blog