Siempre hay alguien que está peor.


abril 29, 2008

Cuestión de peso*

Ir a la peluquería es perjudicial para la salud. La culpa la tienen esa cantidad de revistas indecentes que dejan para que las clientas se entretengan mientras esperan.

"A ver... mmm, Facundo Arana está contento con ser padre de una nena..., y sí! ¿que va a decir: ¡Esta idiota quedó embarazada sin consultarme!?... La casa de Araceli Gonzalez en Punta del Este... que lo parió. ¿porqué esta mujer es tan flaca y yo no? a ver... acá está en bolas. Mirá, ni celulitis, ni un gramo de grasa de más. A mí me sobra por todos lados... debería hacer dieta...
DEBERÍA HACER DIETA. Mañana empiezo.

Voy a empezar la dieta, lo decidí. Ya mismo me voy a comprar una balanza.... Este envoltorio que no saleee... listo. ¿A ver cuanto peso?.. ¡¡es imposible!! ¡¡esta balanza vino fallada!! ¿¿¿cómo voy a pesar sesenta y ....??? ¡Claro! Made in China. Mejor la devuelvo.

Uhh, siete menos cuarto. Les preparo el desayuno a todos y yo tomo sólo un café. Hasta que no baje a 58 kilos no paro. ¿dónde estaba la dieta que me dio la nutricionista?... uff, no la encuentro... ajá, acá está entre las facturas de teléfono del año 2004. Bueno, hoy tengo que comer un plato de postre de ensalada de lechuga. ¡Qué contenta estoy pensando que me va a entrar otra vez mi jeans talle 38!

¡Por dios como me duele la cabeza!. Pero reconozco mi constancia. Ayer comí sólo la lechuga. Hoy ya puedo incorporar medio tomate. Mmmm, que rica ensalada. Extraño un poco el pan, pero se me va a pasar.

Ya tomé cinco aspirinas y no se me va este dolor de porquería. ¡¡Empiezo el tercer día de dieta!!. Seguro que bajé como dos kilos. Antes de comer los brotes de soja me peso...

¡No puede ser! ¿nada más que 200 gramos?. Esto me confirma que la balanza vino mal. No sé porqué no la devolví en su momento. Mejor me voy a trabajar.
NO SEÑORA, QUEDESE TRANQUILA QUE NO DESCARRILÓ EL TREN. ESE RUIDO ES MI ESTÓMAGO, ¿NO SE DA CUENTA?

Tengo pesadillas. Sueño que me persigue un sandwich de salame y queso. La culpa es de mi marido, que come adelante mío. Odio a mi marido. Odio la lechuga. Odio a la señora del tren.

La cabeza me explota, mejor me pongo rebanadas de papas en la sien. No, no puedo. La tentación de comerme las papas crudas es terrible. Tomo otra aspirina. Me voy a inscribir en el gimnasio... ¿cuánto sale? ¡Pero con lo que cuesta, tengo que hacer dieta obligatoria! Bueno, está bien, empiezo con la bicicleta fija.... ¡Profesor, me voy!.Sí, ya sé que hice sólo 3 minutos de bicicleta, pero dejé la leche en el fuego... vengo mañana, chau, gracias.

Le cuento a la psicóloga que estoy a dieta. No entiendo porqué esta mujer se altera tanto... si no quise matarla con el abrecartas.... ¿un psiquiatra para que me medique?. No, mejor cambio de psicóloga... ¡¡¡¿¿otra vez ensalada de lechuga??!!! ¿cuándo tengo el día permitido?.

Debo concentrarme en Araceli Gonzalez, debo concentrarme en Araceli Gonzalez. No puedo perder el foco. ¡Qué rico el queso blanco y la radichpuuuuaj!.

La televisión se complota contra mí. ¿todos los canales son de cocina? Uh, ¿dónde hay un service de tv? Acabo de romper la pantalla...

¿A ver esa revista? "Araceli Gonzalez quiere irse a vivir al sur". Esta tipa es una estúpida, una hueca y una anoréxica.

Me comí un sandwich de salame y queso, dos porciones de lasagna y un flan con dulce de leche. No estoy más a dieta. La balanza dice que engordé un kilo. Estos chinos no saben nada de electrónica.

*Mientras escribía este texto, me llegó un e-mail de Laura Canoura con un reenvío muy similar de parte de su amiga Mariana. Primero me sorprendí por la inmensa coincidencia, después me dí cuenta que el sufrimiento femenino es igual en todos lados.



abril 25, 2008

Pleamares de la vida

Yo: "Hay una marea en la vida de los hombres
cuya pleamar puede conducirlos a la fortuna,
más si se descuida el viaje entero
abocado está a perderse entre bajíos y arrecifes.
En pleno océano flotando hallamos:
precisa aprovechar la corriente mientras fluye
o conformarse a ver nuestra empresa fracasada"

Duda: Eehh?

Yo: W. Shakespeare, Julio César, acto IV

Duda: Ah, no entendí un pomo, pero si lo dice Shakespeare
debe ser importante. ¿Estás leyendo a William?

Yo: No, estoy leyendo a Agatha Christie.

Duda: Buajjjjjjjjajajaja

Yo: El libro se llama Pleamares de la vida y así empieza
el primer capítulo. Me gusta el título, quiero escribir
un post con él, pero no se me ocurre que cosa decir.

Duda: Esperá que busco en Internet a ver si hay algo.

Yo: Bueno

Duda: Acá encontré un foro donde están hablando de ese tema.

Yo: ¿De los pleamares de la vida? ¿y qué dicen?

Duda: Subidas y bajadas de las mareas... relacionalas con el estar bien y estar como el orto En la costa argentina cuando la marea baja, el agua se desplaza en sentido
Norte-Sur y cuando sube, es al revés. La vida es como las mareas, es importante tenerlo
en cuenta para que no se nos haga difícil nadar contra la corriente. Hay que tener
siempre una tabla de mareas para consultar.

Yo: ¡Pero te das cuenta cuantos tipos al cuete andan por Internet!. Decime vos!. En lugar
de hablar en criollo te salen con semejantes metáforas. ¿Porqué no dicen "hay días
que la vida me sonríe, y otros en los que no me quiero levantar de la cama"?. Imaginate
que escriba un post así. ¡No me lo cree nadie!

Duda: Esto lo saqué de un foro de debate..

Yo: ¡No puede haber tantos pelotudos en la vida!

Duda: ... sobre salvamento y socorrismo acuático.

Yo: Uh!, pensé que estaban filosofando, nomás.


abril 19, 2008

Soy lo que soy

"Ser o no ser". Que me perdone Hamlet pero no estoy de acuerdo con semejante expresión terminante. Podemos no ser y sin embargo ser un poquito. O ser y no ser del todo. Por ejemplo, no soy médico, pero si alguien me dice que le duele la cabeza le aconsejaré tomar un analgésico. Y como he pasado por esa experiencia (dolor de cabeza) y la causa fue un problema de cervicales, también le diré que busque un analgésico con desinflamatorio. Y como además soy una inconciente, hasta puedo recomendarle una radiografía dental panorámica porque el bruxismo genera entre otros síntomas, dolor de cabeza.
Tampoco soy arquitecta, pero puedo elegir un aislante para las paredes. Y así hasta el infinito.

Es que los años no sólo traen arrugas y canas, también vienen acompañados de una importante variedad de vivencias que dejan, entre otras cosas, enseñanzas. Se van incorporando a la psiquis como un pop-up: abrimos en nuestra memoria la página de "Mononucleosis" y salta inmediatamente "fiebre, hinchazón de ojos, dolor de garganta". A su vez, podemos iniciar una "búsqueda avanzada" de cada item: "Fiebre= infección= viral o bacteriana...."

Como si esto fuera poco, tenemos a nuestro alcance un compendio de información sobre el rubro que se nos ocurra con el que no contaba Hamlet, dicho a modo de justificación. Basta con poner en el Google "Pirámides de Egipto" y tendré unas doscientas ocho mil páginas que me ilustrarán sobre el tema. Hasta puedo especializarme en una dinastía incluso, sin haber pasado por la facultad de Arqueología.

Después están los conocimientos que uno adquiere por imposición social. No soy cocinera, detesto la cocina pero sé preparar una cazuela de pollo o berenjenas en escabeche. Es que en la taba me salió "culo" y a mi me toca alimentar a la familia.

Por último tenemos la ciencia aprendida por placer. Esa que no necesita de profesores pero donde todos nos esforzamos por ser los mejores. El sexo por ejemplo. Como se trata de una disciplina íntima, cada uno sabrá lo que mejor le viene. Y lo que no sabemos, podemos consultar privadamente a algún amigo. Incluso buscando en el Google. Y, como escribí del tema varias veces, hasta este humilde blog sirve de información. Les conté mi visita a un un sex-shopp, hablé de métodos anticonceptivos y hasta de problemas que acarrea la menopausia. Pero pretender que yo pueda aconsejar sobre cosas como esta de abajo, honestamente me parece un abuso de confianza.


clic en la imágen para saber de qué hablo:



abril 17, 2008

Correte Cupido

Veamos, además de hacer jardín de infantes, primaria, secundaria y universidad, en mi vida traté de aprender: danzas españolas, artes visuales, ingles, francés, declamación (Si, DE-CLA-MA-CION), fotografía, piloto de planeador, piano, guitarra, trombón, teoría y solfeo, repujado en cuero, teatro, natación, basquet, pelota paleta, danzas árabes, tango, escalada en pared, tae-bo, gimnasia con aparatos, pilates, yoga... * ¿qué podía faltarme para sentir que hice de todo y no aprendí nada? Por supuesto: ARQUERÍA.

Mi prima Goddessa anda con un exceso de energía. Con ella, los distribuidores de folletos callejeros justifican el gasto: no solo los lee, también les hace caso. Y cuando no ofrecen cursos, se inspira en los dibujitos. Un día, a punto de entrar a su oficina, una chica le entregó una publicidad de runas verdaderas para adivinar el futuro. Todavía no se le dio por el esoterismo, sin embargo en la parte superior venía estampada la imagen de un arquero musculoso. No tenía que ver con las runas pero quedaba lindo. "¿Y si aprendemos arquería?" me dijo un mediodía, folleto en mano. Y fue suficiente.

Llegamos puntuales a nuestra primer clase. El grupo estaba formado por un reducido número de muchachitos a los que doblábamos (y más también) en edad, sin embargo nosotras eramos las "juniors", palabra que, dicha en otra ocasión, me hubiese hecho sentir realizada. Aquí la relacioné con inútil.
Primero nos enseñaron a armar los arcos, aparatos complejos llenos de chirimbolos. ¿Porqué no los guardan armados?, pensaba yo mientras luchaba por encajar correctamente una paleta en la base. Una vez superado el trance (y desde luego con ayuda extra), sigue la etapa de relajación. No tiene mucho sentido relajarse para tirar flechas, pero supongo que la idea es impedir que una salga a la calle y mate algún transeúnte desprevenido, como manera de combatir el estrés.

Más tarde viene la práctica con soga elástica. Cuando las ví, lo primero que pensé es que pretendían que salte, pero afortunadamente se trataba de un ejercicio de estiramiento de brazos. Después de 10 minutos el profesor, temiendo que nos arrancáramos media cara, se dio por vencido y nos pasó a la sección "armadura".

El protector de brazo va primero, el protector de dedos segundo y por último, enganchar el carcaj en el pantalón. Eso requiere verdadera práctica: traten de pasar una hebilla por el pasacinto con un brazo duro (por el protector) y los dedos cubiertos por una especie de guante de cuero sui generis. Aquí comprobé que para estudiar arquería hay que tener un problema neuronal.

Y ahora sí, a tirar. Los "juniors" son "Banda Blanca". Eso quiere decir que es suficiente con que la flecha se clave en algo, preferentemente que ese algo no sea humano, y mucho menos uno mismo. Los primeros tiros, para asombro del profesor después de ver lo que eramos armando el arco y estirando la soga, nos salieron impecables: quedaron dentro del blanco de 1x1 metro, con las flechas ladeadas, pero clavadas. Viendo nuestro increíble y rápido progreso, nos empezaron a complicar la cosa: debíamos apuntar y pegar en globitos de carnaval. Con un record de dos globos explotados cada una, pasamos a la etapa siguiente: ahora los globitos tenían un simpático monito (tranquilo Greenpace, era un dibujo) colgando abajo. Había que reventar los globos sin tocar al simio. Me preparé, paso uno: pies paralelos, paso dos: levantar el arco y girar la cabeza, paso tres: apuntar y tensar, paso cuatro: disparar. El mono quedó con mi flecha clavada en el centro exacto de su peluda cabeza, muriendo instantánemente y sin sufrimiento.

Cuando la clase estaba terminando, el profesor reúne a los alumnos y les pide que despejen dudas. "¿Cómo calibramos las libras de las paletas?, ¿Qué distancia es aconsejable para que el recurvo provea la velocidad apropiada de la flecha?" preguntaban los imberbes. "¿Podemos poner fotos de personas en lugar de blancos? ¿Duele más pegar en la pierna o en el brazo?" eran las nuestras.

La clase terminó sin contratiempo, y nosotras felices con nuestra nueva actividad. Eso sí, solo espero que a mi prima no se le ocurra practicar corrida de toros, porque ahí no me prendo.

*Juro que hice todas esas actividades (porque leo y no puedo creer el tiempo al cuete que perdí en mi vida). Algunas completé, otras abandoné en la segunda clase, pero que las hice, las hice.




abril 11, 2008

Comunicando-me

¿Quién puede dudar que la tecnología facilita la vida de las personas?. Hoy podemos cocinar un pollo en 20 minutos si tenemos microondas, programar el lavarropas para que deje la ropa impecable solamente apretando un botón, comunicarnos con cualquier lugar del mundo en segundos gracias a Internet... Sí, la tecnología facilita la vida de las personas... normales. A mi me la complica espantosamente.

Durante cuatro años tuve el mismo teléfono celular. Sabía prenderlo y apagarlo, marcar los números para hacer una llamada, recibirlas y hasta aprendí a mandar mensajes de texto. Mi vida estaba realizada y yo era feliz. Pero los aparatos tienen la mala costumbre de romperse. Y cuando eso ocurre, no queda más remedio que comprar otro. Claro que los nuevos modelos, lejos de ser simples, traen una batería de chirimbolos muy útiles para los amantes de la novedad, y totalmente inútiles para alguien como yo, que se conforma con las utilidades básicas.

Casi llorando fui a una agencia de ventas para la adquisición del nuevo equipo.
La vendedora supuso que yo era millonaria, porque el primer modelo que me mostró salía lo que gano en dos meses de trabajo. "No querida", le dije. "Quiero uno igualito a este". Ahí cayó en la cuenta que además de pobre, estaba atrasada en el tiempo. "Señora, ese modelo se discontinúo hace tres años. Lo más parecido que tengo es esto que trae: (y me recitó sin respirar) mp3cámarafotograficaradiobluggrse(imposible descifrar esa palabra)precargadoelúltimodiscodebabasónicospttagendaalarmayjuegosinteractivos.
Esteee, decime, ¿también sirve para hacer y recibir llamadas?.
Me miró con cara de pocos amigos, me inhibió y terminé comprando un nuevo aparato con funciones que jamás aprenderé a usar.

¿Qué es lo primero que uno hace cuando tiene una cosa nueva? ¡Avisarle a los amigos, por supuesto!. Y eso pretendí hacer. ¿Y cómo? Usando la tecnología que brinda la comunicación. ¡¡Tenía que contárselo a Sonia!!.

A ver: donde dice "Para" va el número de teléfono... bien. Donde dice "Texto" le voy a poner "¡Tengo nuevo celular!". Apreté las cinco teclas que contenían las letras de "tengo", pero en su lugar apareció una palabra extraña. Algo así como "Tdffhm". No, mejor lo borro. ¿Con cuál se borra? Ah, debe ser esta teclaaa...... ENVIANDO. ¿Enviando? ¿Cómo enviando?. Si en mi otro celular ESA TECLA era para borrar....
Treinta segundos después una señora brasilera cantaba por el parlante "OOoooo voceeeeeeeeeeee... cariñino de mea veeedaaaa". Lo abrí rápido pensando que alguien necesitaba ayuda, pero sólo aparecía un cartelito que decía "Mensaje de Texto de Sonia".
- ???? No entiendo, se leía abajo.
Claro, pensé. Tengo que avisarle que compré un teléfono nuevo y por error salió el mensaje anterior... a ver.... "Para" Sonia. Bien. "Texto" Ajkkot. No, otra vez. Mejor borro todo y empiezo de nuevo... ENVIANDO. ¿Pero cual puta es el botón para borrar?
- Eeeehhhh???? me contestaba Sonia del otro lado.
No puede ser. Esto vino fallado. Pruebo de nuevo. "Para" Sonia. "Texto" Rluupffffffff. ENVIANDO. ¿Otra vez enviando? Si ahora apreté el botón rojo....
- Gin, ¿vos tomaste?, fue la respuesta inmediata.
Mejor la llamo y le explico. "Hola, Sonia?. Es que compré un celular nuevo pero las letras para los sms están cambiadas...."
- DECIME, PELOTÚDA (Sonia acentúa las vocales cuando está enojada), ¿ESO NO TRAÍA UN MANUAL DE INSTRUCCIONES?
- Seeee, pero no lo entiendo..... Dice: "Para enviar un mensaje de texto, consulte Configuración de mensajes, pág. 164. Previamente consulte Buscar mensajería, pág 186. Inserte el texo siguiendo las instrucciones Menú > Mensajería > Configuración > Buzón de Salida. Después seleccione Envío rápido, pag. 150". Me perdí en Menú.
- AJÁ, BUENO. (me gritaba). ENTONCES HACÉ UNA COSA: APRENDÉ A USARLO A PRUEBA Y ERROR ¡¡PERO MANDASELOS A OTRO!!. Y me cortó.


Empecé por lo más cercano: le pedí a Julia que me enseñe, pero la desgraciada me contestó: "Jodete, arreglate sola. Te compraste un celular nuevo para vos y yo sigo con el viejo".
-"Hija de tuna ya vas a querer salir" pensé, y esperé a que llegara Gonzalo de la facultad.
Dos horas lo tuve sentado a mi lado, tratando de hacerme comprender el manejo de esta cosa e'mandinga. Hasta que lo conseguí. Ahora ya sé mandar sms desde mi nuevo celular. Eso sí, a Sonia por las dudas la llamo por teléfono.


abril 09, 2008

Verso a verso

Hace mucho tiempo, cuando era joven, tenía tres admiradores que me pretendían. A todos los rechazaba con la misma frase: "sos una gran persona, pero estoy enamorada de otro", sin aclararles, por supuesto, que ese amor era unipersonal. Yo amaba al otro y él me ignoraba.

De los tres, uno estudiaba ingeniería. Era feo como un accidente y la misma proporción de parco. Se declaró una tarde y ante mi negativa, desapareció para siempre.
El segundo era lo opuesto: estudiante de arquitectura, bellísimo y ganador. No podía aceptar que, lejos de ser una diosa del Olimpo, no cayera rendida a sus pies. Un día también desapareció.
El tercero era el peor. Insistente, pesado y aburrido, pasaba las horas relatando lo último aprendido en su clase de Veterinaria. Me presentaba a todos como "su novia", ante mi mirada desorbitada. Lo soportaba con paciencia porque era amigo de un amigo. Pero todo tiene un límite.
Este llegó el día que apareció por mi casa con un papel enrollado y atado con cinta rosa. "Escribí una poesía para vos" me dijo. Y la recitó en la vereda a grito pelado, mientras yo me reía a carcajadas y le decía que era lo más ridículo que escuché en mi vida. Fue la última vez que lo ví.

El pobre muchacho no hizo más que utilizar uno de los métodos más antiguos, conocidos y en algunos casos efectivo, para conquistar a una dama.
Es sabido que la poesía no es de mi predilección, pero no niego la existencia de grandes autores, ni que el gusto popular, en general femenino, suele inclinarse hacia ahí.

Internet es un reducto ideal para poetas aficionados. Si se trata de mujeres, en general su impulso creativo obedece a un espíritu romántico y la escritura, buena o mala, sale de lo más profundo del corazón. En el caso de los hombres, el 90% lo hace para levantarse minas, no jodamos.

Basta con recorrer un poco las páginas dedicadas al tema, para descubrir varoncitos de todo tipo. Algunos me provocan un ramalazo de ternura por su ingenuidad. A otros directamente los exiliaría en Plutón. Pulula por la blogósfera una variedad de predadores mamarrachos, adictos al Viagra, tristes y mentirosos ladrones y, lo más lamentable de todo, ya mayores para tanto papelón (de 50 en adelante) que pretenden mostrar a las féminas una sensiblería patética. Usan la ventaja del anonimato detrás de un monitor, para inventarse una vida irreal. Cuentan penas de amor inexistentes, a fin de provocar lástima en alguna que otra crédula y por supuesto, algunas veces lo logran.

Lo gracioso de la situación es que esta fantasía que se armaron es el opuesto a su cotideaneidad: ellos dicen haber sido abandonados por una malvada mujer, en el mismo momento en que la esposa les lava los calzones.

Obviamente no son creativos, aunque en su componente psicópata utilizan técnicas admirables. A una puerta, por ejemplo, ellos le encontrarán la veta romanticona que hará pishar de amor a las lectoras que logró enganchar, y de risa a las que ven al predador con su cara original: un vulgar levantaminas cibernético.

Si alguna de ustedes, queridas amigas, fue víctima de uno de estos tilingos, no se culpe. Acuse a su tierno corazón femenino. O al horóscopo. O a lo que quiera. A la larga estos poetas de chicle Bazooka quedan al descubierto, y las damas lo recordarán, como mucho, con un embole de puta madre, dicho en buen criollo. Pero eso es todo.

Los lectores varones y poetas de este blog, quedan comprendidos en el 10% que NO pretenden levantarse minas, sinó que usan la poesía como manifestación de su espíritu sensible. Todos, menos uno.

abril 07, 2008

De curalocos y otras manifestaciones del yo

A pesar de todo, claudiqué. Ya comenté varias veces mi aversión hacia la terapia psicológica. Pero en búsqueda de alternativas para dejar de dormir gracias a los psicofármacos empecé con la más conocida.

La primer entrevista es de admisión, y en este caso el curaloco (cura de sanar, no del verbo dar misa, Sonia) era una agradable señora que me escuchó y decidió derivar mi caso a una licenciada en gerontología. "Está bien que según las estadísticas pasé la mitad de mi vida, pero no me parece que ya esté dentro del grupo de PAMI", me quejé. "Es cierto, pero su consultorio está a 6 cuadras de tu casa". Eso fue suficiente para convencerme.

De todos modos puse ciertas condiciones: que la terapia no exceda el plazo que paga la obra social, que la terapeuta sea mujer y sobre todo y excluyente: ¡¡nada de psicoanálisis!!.
Porque mi relación con el psicoanálisis fue mala. Muy mala. Posiblemente la mala haya sido la profesional, pero a esta altura no tengo capacidad de diferenciarlo.

Todo empezó cuando me agarraron ataques de vértigo en forma de fobia. Por esa época yo era una ocupada ama de casa que se dedicaba a mantener el hogar limpio y confortable, con dos robustos niños en edad escolar, un marido que viajaba mucho y una perra que perdía kilos de pelos.
- Mi problema licenciada (le decía yo) es que vivo en un segundo piso y no puedo limpiar los vidrios de la ventana. Asomarme me provoca taquicardia y deseos incontrolables de tirarme.
- Caramba, (contestaba ella), ¿y porqué quiere usted tener los vidrios tan limpios? esa manía por que estén relucientes ¿significa algo?
- Sí, que por abajo pasan tres líneas de colectivos, y entre el smog y la tierra los dejan a la miseria.
- Pero dígame, ¿es necesario que siempre estén transparentes?
- Yyyy... yo los incluyo dentro de la limpieza hogareña...
- No, no, no. A ver: si los vidrios fueran su alma ¿qué cree usted que la ensucia permanentemente?
- ¿El smog de los colectivos? -pregunté sin poder relacionar el hecho de ser limpia con mi alma en pena.
- No me entiende. Veamos. ¿qué otras alternativas tiene para que no se ensucien?
- Poner clavos miguelito en la esquina...., provocar un derrumbe en el pavimento...., no sé. Tal vez si cerrara la cortina de enrollar, que no bajo nunca....
- ¡¡Hay está!!. ¡¡Nunca baja la cortina de enrollar!! ¿porqué necesita usted que desde afuera todos puedan verla limpia y transparente?
- ¿Los de afuera? No, ¡no bajo la cortina de enrollar porque es de madera maciza! ¡Si tengo que levantarla cada mañana termino con más músculos que Popeye!
- Popeye: clara referencia a su infancia. Dígame, ¿qué pudo haber pasado en su infancia que usted desea que se la vea impecable?.
A esta altura estaba con los vidrios, las cortinas de enrollar y los dibujos infantiles inflados, así que por toda respuesta le dije: "¿Sabe qué? Deje nomás, seguro que el vértigo se me pasa solo" y me fuí para no volver.

Ojo, no digo que todas las asociaciones estén equivocadas. Hace unos días le comentaba a Bater que cuando era chica, dos amiguitas murieron durante una tormenta eléctrica, electrocutadas con un cable que se cortó. Desde entonces, siento temor (racional y manejable, tampoco es que llamo a la policía y a los bomberos) cuando mis hijos no están en casa y afuera caen rayos y centellas.

Lo que me jode son las asociaciones traídas de los pelos. Porque de ese modo se puede llegar a cualquier resultado y siempre será falso. Veamos: si por ejemplo tomo la medida que hay desde la ventana de mi casa (¿ventana otra vez? caramba!!) hasta el kiosco de enfrente, lo multiplico por la distancia que hay de la tierra a la luna, lo divido por los años que pasaron desde que murió Tutankamón y le resto un número al que daré un significado divino (todos lo tienen), seguramente me dará el diámetro de las pirámides de Egipto. O la altura. O el peso estimado. De lo cual podré deducir que:
a) Mi futuro está en la arqueología
b) Los extraterrestres que construyeron las pirámides me pusieron en la tierra como vínculo de comunicación entre ellos y los humanos
c) Soy la reencarnación de Cleopatra.
d) Etc.

Eso es exactamente lo que no quiero. Una terapia trucha que busque convencerme que la culpa de mis errores es de mis padres, o que aunque grite hasta quedar afónica sobre lo feliz que fue mi niñez, lo ponga en duda. Por ahora me conformo con alguien que me sugiera alternativas para problemas que me tienen empantanada.

Terapia: te doy una segunda oportunidad. Y no estoy con mucha paciencia. O me servís de entrada o paso al plan B. Flores de Bach, prepárense.

abril 04, 2008

Juventud, divino tesoro

Ya lo conté otras veces. Pocas cosas me resultan mas tediosas que el trayecto desde mi casa al centro, cuando voy a trabajar. Entonces preparo mi canastita de pic-nic viajero para que sea un poco más ameno el camino. Llevo un libro, apuesto cantidades de personas subiendo y bajando o escucho conversaciones ajenas.

Línea 33 de colectivo, desde Retiro hasta Plaza de Mayo. Asiento vacío en la mitad, al lado de una señora que dormía, adelante de una chica y un chico que hablaban entre ellos, casi a los gritos.
Ella era algo intermedio entre fea y horrible. Él, un adolescente con granos y cara de bobo.

- Sí, yo soy diseñador gráfico, le confesaba él.
- ¡¡¡¿¿En serio??!!, gritaba ella, ¡¡¡¿pero cuantos años tenés?!!!

(15 y te está macaneando, pensaba yo.)

- ¡20!, me recibí el año pasado, porque terminé la secundaria a los 16.
- ¿Cómo a los 16?. La secundaria se termina a los 18, decía ella mientras yo la miraba de reojo fruncir la boca haciendose la sexy.
- Es que tengo un coeficiente intelectual muy alto y me hicieron adelantar dos años, respondía él.
- ¡Pero que loco!, yo en cambio hice la escuela año por año.
- Y ahora estoy trabajando en XXXX (conocida empresa de publicidad), aunque me llamaron también de XXXX y de XXXX, y me ofrecieron el triple de lo que gano acá. Estoy evaluando si acepto.

(Corazón, diste con la única marmota que puede creer que un prodigio como vos labure en XXXX, y ande paseando en bondi a las 11 de la mañana.)

- ¡Sos un groso!. Yo estoy laburando en XXXX, pero por ahora hago trámites. Espero que me asciendan pronto.
- Mirá, dejame tu teléfono que yo veo si te puedo enganchar en mi (¡¡¡MI!!!) empresa. Y dame tu e-mail también. Anotá el mío: capomaster90@.......
- ¿Capomaster? Ese no es el que usas en el laburo, ¿no?

(No, idiota, es el que usa para levantarse crédulas como vos. Y el 90 es el año de nacimiento, ¿no te das cuenta?)

- Esteeee..., no. El del laburo es otro, pero te lo paso más adelante, cuando nos encontremos de nuevo.

(Listo!, ya te enganchó. De paso tiene tiempo para inventarse otro mail con más "categoría")

- ¿Y vos como conseguiste entrar en XXXX?, se interesó él.
- Porque mi familia es íntima de la familia de Viola*, el que fue presidente. Y ellos tienen muchos contactos.

(Ajá, mirá vos. La familia de un corrupto, genocida y dictador sigue teniendo contactos.)

- ¿Viola? No sabía que hubo un presidente Viola. ¿Fue por el 1800?

(Dios santo, me levanto y le pego. Ni siquiera la edad justifica tanta ignorancia.)

- Nooooo, fue presidente hace unos treinta años, pero a este no lo eligieron votando (sic), era militar, pero fue bueno. Un militar re-bueno que hizo muchas cosas.
- Ahhhh. ¡¡Qué loco el apellido: Viola!!. Un policía que se llame Viola
- No era policía, era militar.
- Bueno, es lo mismo: policía o militar es lo mismo. Imaginate otro policía que se llame Asalto, jajaja, que loco.

(Sí, policía y militar es lo mismo. Los dos usan uniforme, como las azafatas y los pilotos de avión. Son todos lo mismo. ¡Cómo no me dí cuenta antes!.)

- ......
- Bueno, acá me bajo porque llego tarde al cole...
- ¿Cómo cole? ¿No me dijiste que eras diseñador gráfico?
- Seeeee, pero voy al cole a darle una mano a un amigo que es profesor.... este.... acá nomás.
- Buenísimo, ¡no te olvides de llamarme! Que groso si fueramos compañeros de laburo ¿no?
- Dejamelo a mí, que yo te hago entrar, posta.

Y nos bajamos los dos. Él adelante mío, con una mochila colgada al hombro de la que salía un libro de Geografía de 3er año. Yo, pensando que la estupidez es genética.

Hice lo mío y me reuní a almorzar con Duda, para hablar de cosas importantes como la utilidad de los cursos de filigrana.

*Roberto Viola fue un integrante de la Junta Militar que derrocó al gobierno de Isabel Perón. Asumió como presidente en 1981, de marzo a diciembre. Durante su gobierno surgió la famosa frase "el que apuesta al dólar pierde", produciendose días después una de las devaluaciones más importantes en la historia del país (del peso con respecto al dólar). Avaló (y continuó) el genocidio iniciado por su predecesor Videla. Otra bosta más, bah.

abril 01, 2008

El increíble Mr. Paxton

Si buscan en la memoria, seguro que conocen a alguien asi. Mi ventaja es tenerlo cerca y verlo seguido.

El Señor Paxton es una de esas personas para las cuales la palabra "imposible" no figura en su vocabulario. Sabe hacer todo y todo lo hace bien. Se toma su tiempo, eso si. Para que comprendan el concepto, les relato una pequeña anécdota: hace mucho sus padres hicieron un viaje por Europa. Para sorprenderlos a su regreso, él decidió empapelar el dormitorio. El trabajo le llevó tres años y medio, pero quedó tan perfecto que décadas después, cuando nosotros compramos este departamento que era su casa, los albañiles lucharon días enteros para despegarlo.

No hay nadie tan predispuesto: un día mientras comíamos bagnacauda en mi casa, alguien sugirió la posibilidad de hacer un viaje al sur. "Vamos", dijo Paxton, y tres meses después, en pleno julio, partimos en su camioneta Tata Sumo con capacidad para 9 pasajeros y medio, 11. 1600 kms. a una velocidad máxima de 70 km/h. Hasta el día de hoy mis hijos recuerdan esas vacaciones como las más divertidas de su vida. Fue en ese mismo viaje donde perdimos dos niños en el Bosque de Arrayanes y mientras todos los buscábamos, él se dedicaba a comprar truchas. La historia fue más o menos así: habíamos arreglado con un pescador encontrarnos en un punto de Villa La Angostura para que nos proveyera el pescado. Mientras hacíamos tiempo, decidimos recorrer la ciudad. Los siete chicos que llevabámos subieron hasta la cima del bosque, se dispersaron y dos no regresaron. Como caía la tarde empezamos a preocuparnos y salimos todos en rastrillaje para dar con ellos, olvidando nuestra cita que era por esas horas. Cuando por fin los encontramos, y para sorpresa nuestra, debajo de un asiento de la camioneta estaban las flamantes truchas. "Ya habíamos perdido dos pibes, no íbamos a perder las truchas también", fue el impecable razonamiento de Paxton.

Otro año, en Villa Gesell, mientras recorríamos la ciudad, él se quedó en un puesto de la feria artesanal armando un juego de ingenio casi imposible de realizar. Para desesperación del vendedor, no sólo lo logró sino que además no se lo compró (¿para qué, si ya lo había conseguido?).

Siendo Gingero un absoluto inútil a la hora de arreglar algo, está Paxton para solucionarlo. Aprovecho esta oportunidad para decirle que necesito conectar la luz de entrada. No crean que se va a olvidar, dentro de seis o siete meses llegará con su equipo de electricista y yo tendré iluminación.

Pero su máxima consagración fue este domingo. Como todos (o la mayoría al menos) saben, en Argentina hay un serio conflicto entre el campo y el gobierno, y como resultado del mismo los comercios no venden carne desde hace unos 20 días. El sábado a la tarde, mi marido que es un seguidor incansable de cosas difíciles, comentó sus ganas desesperantes (porque él se rige en esos términos: si es complicado lo quiere ya), de comer asado. Paxton rápidamente nos invitó a su casa para el día siguiente: él se encargaría de hacerlo. Lo miramos sonriendo porque era más fácil conseguir la conversión de un mormón que carne. Al día siguiente el teléfono sonó a las 12 en punto. 6 kilos de asado tierno se doraban en la parrilla.

Si me permiten, voy a sugerirles que incluyan a un Paxton en su vida. Les enseñará que no hay imposibles cuando de voluntad se trata, y de la mejor manera: con una sonrisa.